1079 a 1082
Alfonso VI rey de León y Castilla exigía cuantiosas parias o impuestos por defender al rey de la taifa de Toledo.
En el año 1079 hubo una rebelión de los toledanos por los
excesos del inexperto y caprichoso rey musulmán de Toledo, Alcadir. El rey
Alfonso VI le ayudó a cambio de grandes sumas y además devastó las zonas
rebeldes. Los musulmanes, pertenecientes a la taifa de Toledo que se habían
levantado, pidieron ayuda al rey de la taifa de Badajoz, Motawakil.
Alfonso VI además de cobrar por la defensa de Toledo, de
forma disimulada permitía ataques o cabalgadas cristianas contra los
territorios que abastecían a Toledo (alfoz de Toledo entre ellos la comarca de
La Sagra), incluso enviaba los ataques con la disculpa de guerrear contra el
rey de la taifa de Badajoz, enemigo de Toledo. Estos ataques y robos
debilitaron en extremo a Toledo y desprestigiaron aún más si cabe a su rey
Alcádir, que era incapaz de defender a los habitantes de Toledo, mientras no
cesaba de subir impuestos para pagar las parias o impuestos al rey de Castilla,
además de mantener los suntuosos gastos de su corte toledana.
En junio de 1080 Alcádir huyendo de la presión de Toledo,
viaja a Cuenca y el rey Motawakil de Badajoz aprovecha la ocasión y penetra en
Toledo ayudado por sus numerosos partidarios toledanos.
Alfonso VI a pesar de ser el encargado de la defensa toledana, pide y consigue grandes sumas y plazas estratégicas a Alcádir para echar de Toledo al rey de Badajoz, debilitando más al rey de Toledo.
En el abril de 1081 Motawakil de Badajoz abandona Toledo por
la presión militar de Alfonso VI, que desde la fortaleza de Coria amenazaba sus
territorios extremeños y por la oposición interna de los mozárabes o cristianos
toledanos, ya que la situación de Toledo empeoró por las frecuentes e
imparables cabalgadas de los cristianos por tierras del reino de Toledo
privando a la ciudad del grano y los productos de su territorio o alfoz.
Ya en 1082, con Alcádir en su Toledo, las cabalgadas o algaradas de los cristianos de Alfonso VI contra territorio toledano, se intensificaron en zonas de Talavera y Escalona, dominando los valles del Alberche y el Tiétar. Estas incursiones, unas veces con la excusa de la defensa y otras por “equivocación” hacían pasar hambre a los de Toledo y despoblaban zonas enteras ante la inseguridad de ser masacrados y no tener quien defendiera a sus gentes. Al año siguiente los de Alfonso VI fueron contra las zonas agrícolas más próximas a Madrid, seguramente la zona de Añover no se libró de sus ataques.
Los toledanos temían por su seguridad y padeciendo necesidad
a pesar de sus ricas y extensas tierras no querían a su inepto y exigente rey
Alcádir y se potenciaron dos bandos contrarios, el favorable a Alfonso VI con
los mozárabes a la cabeza (cristianos asimilados a la cultura árabe) y los
musulmanes favorables al rey de Badajoz que después de lo ocurrido andaban
desmoralizados.
Félix Alejandro Sánchez Sánchez, hijo de Añover
Imágenes:
Cuadernos
manchegos, Condado
de Castilla, Medina Mudéjar, Toledo monumental, Tripadvaisor.
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