sábado, 11 de diciembre de 2021

1086 - Resumen de la Historia de Añover de Tajo. Félix Alejandro Sánchez Sánchez (6)

 IRRUPCIÓN DE LOS ALMORÁVIDES EN LA PENINSULA. 

Ante el poderío militar de Alfonso VI, y las tácticas empleadas en Toledo,

el rey de la taifa de Sevilla y el rey de la taifa de Badajoz, pidieron ayuda por segunda vez a Yúsuf ibn Tasufin, jefe de los almorávides norteafricanos, que ya les había dicho que iría a ayudarles cuando terminara su guerra en África.

Como consecuencia de la introducción del islam en las tribus seminómadas del sur del Sahara, dedicadas al comercio, se produce el movimiento religioso radical de los almorávides, que irrumpen como defensores de los valores espirituales del Islam y a la vez de los territorios y gentes musulmanas.

Yúsuf, desconfiando de los reyes musulmanes hispanos, tomó Algeciras el 30/06/1086, creando una cabeza de puente segura y pasó el estrecho de Gibraltar con un gran ejército.

 Lo hizo por sorpresa aconsejado por gentes conocedoras de los reyes musulmanes de las taifas, que temían que alguno de ellos avisara de su llegada a Alfonso VI para congraciarse con él y por el temor que los almorávides despertaban en dichos reyes de taifas. 


Dicen que Yusuf pasó con 15.000 hombres (la mayoría beréberes, junto a 6.000 jinetes senegaleses) acompañado por muchos faquíes y santones pues era una Yihad o guerra santa y reconstruye las descuidadas murallas de Algeciras, porque no se fía de sus nuevos aliados.

Yúsuf era un hombre ya mayor, se le describe enjuto, cejijunto, muy moreno, barbirralo y de voz aguda y atildada. Para sus seguidores y seguramente para él mismo, era un santo guiado por Alá. Desdeñaba los placeres considerándolos debilidades, era austero y sus vestimentas al estilo bereber, limpias y de apariencia humilde, un velo cubría su cara. Las crónicas dicen que se nutría con pan de cebada, leche, dátiles y carne de camello.

Los servicios de información de la época debían de funcionar bien, pues Alfonso VI se enteró pronto de la llegada de Yusuf y su ejército abandonó Zaragoza a la que sitiaba, pidió ayuda al rey de Aragón y a otros nobles. 

 A Yúsuf y su ejército se le unieron los reyes de Sevilla, Granada, Málaga y el de Almería mandó a su hijo, todos se dirigieron a Badajoz a reunirse con su rey Motawákil. 

Yusuf y su ejército no tenían prisa, tardaron meses en el recorrido. Yusuf muy cauto, no se internó en tierras cristianas, acampó y esperó con las espaldas cubiertas por la fortaleza de Badajoz, cubriendo una posible retirada

Alfonso VI se internó en terreno enemigo, muy seguro de su ejército reforzado con el destacamento de Aragón y algunos caballeros de lo que hoy es Italia y Francia. El rey castellano confiaba que sus enemigos no aguantarían el choque de su caballería pesada y fue en su busca encontrándose los ejércitos a tres leguas de Badajoz, desde donde se mandaban mensajeros desafiándose.

El 23 de octubre de 1086 se produce la batalla de Sagrajas o Zalaca que fue un gran descalabro para los cristianos.

Ya al final del combate Alfonso VI desde su caballo hizo una carga y un negro que esquivó el golpe agachándose, agarró la rienda del caballo y de una puñalada atravesó la pierna del rey junto a la malla de la loriga que la cubría, quedó clavado a su silla de montar.

Sacaron a Alfonso VI herido como pudieron, un caballero logró descabalgarlo y le sacó montado en su caballo. Perdía mucha sangre, tenía mucha sed y no tenían agua, bebió vino lo que ocasionó un peligroso desmayo. Escaparon de la batalla unos 500 maltrechos caballeros que, se replegaron ordenadamente y no fueron perseguidos, se dirigieron a Coria que era la fortaleza más segura y allí se refugiaron.


Los musulmanes recogieron caballos, armas y pertrechos de los cristianos, decapitaron a los caídos y amontonaron sus cabezas. Después Yúsuf mandó llenar carros con estas cabezas y las envió con destino a Zaragoza, Valencia, Sevilla, Córdoba, Murcia y el norte de África, semanas de viaje con aquel macabro cargamento, para que el pueblo musulmán viese y oliese la gran victoria contra los infieles.

Yúsuf aumentó su fama como Príncipe de los fieles, pero el mismo día de la victoria parece que se enteró de la muerte de su hijo, circunstancia que paró la ofensiva musulmana y Yúsuf volvió precipitadamente a África.

La derrota al año de conquistar Toledo de Alfonso VI, fue un golpe económico y sicológico. Los reyes de taifas dejaron de pagar las parias a Alfonso VI y comenzó una época de riesgo y devastación para las gentes de la Sagra y de Añover.

Después de la sonada derrota, Alfonso VI, se debió reponer de sus

heridas en Toledo y trato de reorganizar y recuperar sus pérdidas continuando la repoblación de zonas del Duero, pidió ayuda a los europeos o transalpinos. Posteriormente casó a sus hijas con nobles franceses que vinieron con sus ejércitos en refuerzo de los ejércitos de Alfonso VI.

Félix Alejandro Sánchez Sánchez, hijo de Añover

Imágenes : wikipedia , Los templarios en Extremadura , Recursos académicos.

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