Primeras referencias históricas
Si el cerro de la Vega y su castillo son el origen del “Añover
bajo”,
la ermita de San Bartolomé, con su manantial y su huerta, es el origen
del “Añover Alto”. La primera cita con
la que contamos es de 1483 y en ella se habla de la ermita como muy antigua y la primera iglesia de
estos caseríos (Fernando Jiménez de Gregorio, 2002).
Durante el siglo XVI, se consolidan en Añover y quedarán
fijadas, varias costumbres y tradiciones: Una
de las principales, es el culto a San Bartolomé en su ermita; Don Gabriel
Niño, hijo menor del Titular del Censo, fundará con esplendidez una capellanía
colativa; adquiriendo la famosa huerta que ha llegado hasta nuestros días; bajo
su mecenazgo, se realizan el año 1530
importantes obras constructivas y decorativas; probablemente con ocasión de
recibir dos reliquias de extraordinaria significación y valor: Un dedo del Santo, y un cabello de Nuestra
Señora. En este siglo se producen numerosas fundaciones de capellanías,
memorias, por parte de varios vecinos, ampliamente documentadas en el Archivo
Parroquial.
En el siglo XVII, inmersos en una corriente de renovación de
templos –como ocurre con la ermita de la Virgen de la Vega y con la torre de la
Iglesia- la vieja ermita fue sustituida
por una nueva en 1676. Por estas fechas su manantial de aguas curativas era
ya famoso hasta el punto de figurar en publicaciones como “Espejo cristalino de
las aguas de España” del Dr. Limón Montero en 1697. En ella se hace alusión al
regalo de un cuchillo de plata –símbolo del martirio del Santo- hecho por un
escribano madrileño en agradecimiento por la milagrosa curación de una hernia
intestinal.
Continuará …
Textos de los libros: Añover de Tajo, historia y patrimonio (Baraka
Arqueólogos) e HISTORIA DE LA VILLA DE AÑOVER DE TAJO(1222-1848) de Evaristo
Martín Sandoval y Carmen Travesedo y Colón de Carvajal
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