DEVOCIÓN
Cuan grande y arraigada fuese la que profesaron nuestros abuelos al glorioso San Bartolomé, en su
preciosa Imágen, lo prueban: la gran concurrencia de gentes, que de muy antiguo
afluia su fiesta: las grandes ofertas que hacian los fieles en su obsequio; y las curaciones milagrosas que sin
interrupcion se han venido produciendo, justificadas algunas de ellas ante la
Autoridad competente.
CONCURRENCIA
Era tan grande la afluencia de gentes que concurria á la
fiesta del renombrado Apóstol desde sus vísperas, inclusa la octava, que las casas del pueblo, convertidas por
aquellos dias en verdaderas posadas, eran pequeñas para albergar tan gran
muchedumbre, compuesta de personas de toda edad, sexo y condicion, entre las
que venian enfermos de todas clases, especialmente con hérnias y quebraduras.
Tanto era así, que en 26 de Agosto de 1688, la Congregacion
del Santo acordó relevar los cofrades de algunas obligaciones, que en el dia de
la fiesta les imponian las ordenanzas: «Por
cuanto aquel dia es muy ocupado para los dichos congregantes, por los muchos
huéspedes devotos que vienen de toda la tierra.»
Y en el ya citado
libro de Milagros se lee tambien: «Que la ermita ha sido y es muy visitada
por muchas personas de la comarca y muchas leguas al derredor... sin haber
dejado de venir ningun año por el tiempo de la fiesta con carros y cabalgaduras,
como si fuera una feria.»
Asi resulta de la declaracion que prestaron, por lo que respecta al
concurso de gentes, Bartolomé Gonzalez, Alcalde ordinario; los Licenciados Alonso Martin, Francisco Sanchez, Miguel Muñoz de Torres, Juan Ortega y Luis Diaz del Rincon, escribano, con otros vecinos de esta villa, todos unánimes y conformes, siendo de más de 40 años de edad el menor y algunos de 70. Para dar una idea de
la antigüedad de esta piadosa romería, ya que no podemos encontrar su origen,
aduciremos los textos que nos suministra el referido atestado de Milagros que, como queda dicho, se abrió en
1642.
En la declaracion prestada al efecto por los Sres. Alcalde y
demás expresados en el párrafo anterior dijeron: «Que saben por el tiempo que
han alcanzado y por lo que cada uno ha oido decir á sus padres, personas
mayores, difuntos, que la ermita de
San Bartolomé, que está extramuros de esta
villa, es muy antigua en ella, que se dice serlo más que la fundacion del
lugar donde de presente está, que habrá que se fundó en la parte donde está más
de ciento y sesenta años.»
Declarando al mismo efecto Juan Gomez, albañil, de esta
vecindad, de edad de cuarenta y dos años, dijo: «Se tiene la dicha ermita por gran santuario y es muy antigua; que,
segun ha oido decir, lo es más que la poblacion de esta villa, despues que está
donde al presente está, que se dice habrá más de trescientos años.»
Y Ana de Huerta, viuda de Baltasar Garcia, de este
domicilio, de cuarenta y seis años de edad, asimismo declaró: «Y esta ermita y
devocion es muy antigua, que ha oido
decir serlo más que la fundacion del lugar donde de presente
está, que se dice habrá más de trescientos años.»
Ademas de estos testimonios podemos áducir otro, que justifica la fama de que gozaba ya esta romería por el siglo quince. Tenemos á la mano un libro, escrito por Fr. Pedro Navarro, Lector jubilado en Sagrada Teología y Definidor de la Provincia de Castilla, y publicado con las licencias necesarias en 1622, que se titula «Favores del Rey del Cielo" hechos á su esposa la Santa Juana de la Cruz, Religiosa de la Orden tercera de N. P. S. Francisco.» En su capítulo quinto, fólio 55, se lee lo siguiente: «Como anduviese (Sta. Juana) tan enferma y descolorida, que no podia recibir el pecho de su madre, ni otra cosa alguna de alimento, sus padres trataron de llevarla en romería á una ermita muy devota del glorioso Apóstol San Bartolomé, que está en Añover, lugar de la Sagra y jurisdiccion de Toledo.» Segun consta en el mismo libro, Santa Juana nació el dia 3 de Mayo de 1481. Habiendo, pues, visitado este santuario con su madre y abuela, como se lee á continuacion del texto citado, siendo la Santa de dos años de edad, se deduce que tuvo efecto en 1485, á cuya sazon ya tenia fama esta romería.
El móvil que impulsaba y atraía á los romeros, no era otro
que el espiritu religioso, como aseguran en su declaracion los precitados Sres.
Alcalde y demás, quienes dijeron: «Sin
tener las tales personas, que vienen á visitar la dicha ermita, otro motivo que
venir con las dichas enfermedades, á pedir la salud á Dios Nuestro Señor por
intercesion del glorioso Apóstol.»
Extracto del libro: “SAN BARTOLOMÉ EN AÑOVER DE TAJO” de Don Pablo Aparicio, Presbítero, Cura Párroco de Puebla de Valles y Rector de dicho Añover. 1878
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