El siglo XVII se inicia, con la creación en 1601 de un nuevo Añover: Añover de Tormes; nombre con el que con facultad real, se daría a la antigua villa de La Aldehuela, en tierras de Salamanca; adquirida por Don Juan Niño de Guevara; y sobre la que en 1621, se crearía el Condado de la misma denominación. Se inicia a partir de este momento, la costumbre de denominar a la villa, como Añover de Tajo, para diferenciarse de su homónima.
Por escritura
otorgada en Valladolid el 28 de Enero de 1602, Don Juan Niño de Guevara, Titular del Censo de Añover, adquiere la villa de
Aldehuela y su señorío jurisdiccional, con derecho de nombramiento de
alcaldes, regidores, procurador síndico, alguaciles y otros oficiales del
concejo; y con la justicia civil y criminal, mero, y mixto imperio.
Por Real Cédula de
Felipe III dada en Valladolid el 29 de Diciembre de 1601, a instancia de Don Juan Niño de Guevara, y previa
consulta resuelta favorablemente por el Real Consejo de Hacienda, se ordena cambiar el nombre de La Aldehuela
por el de Añover de Tormes.
Pocos años después, por Real
Despacho de 10 de Abril de 1621, el propio monarca crearía a favor de Don
José Niño de Guevara, el título de Castilla de Conde de Añover de Tormes, para sí y sus descendientes.
Se creaba así
nominalmente un nuevo Añover. Las causas de esta iniciativa no constan,
pero se pueden deducir de las circunstancias que rodearon los hechos y las
personas que los decidieron. Los Niño,
como dueños del Censo Enfiteútico Perpetuo impuesto sobre el Señorío Solariego
de Añover, percibían las rentas señoriales y se beneficiaban del régimen
solariego, pero lo hacían en nombre y
por delegación expresa del Señor Solariego de Añover (el Arzobispo de Toledo);
desde el punto de vista riguroso y honorífico, no se podían titular Señores de Añover, pues en realidad eran
titulares del Señorío Util: La jurisdicción, correspondía al Rey por lo que
tampoco podían titularse como señores jurisdiccionales.
Es evidente, la importancia de Añover de Tajo en la historia de la familia Niño, cuyo mayorazgo se
encontraba fundado, principalmente, sobre el Censo Enfitéutico, y otros bienes radicantes en Añover; y la relevancia social y política, que esta familia había alcanzado, vinculada desde siglos al nombre de Añover. Estas circunstancias, y los lazos de afecto con este nombre, debieron ser determinantes para el cambio de denominación de la antigua villa de la “Aldegüela”: Añover de Tormes; sancionada por autorización del Rey, y elegida para el título de Castilla que creaba vinculado a la misma.Es a partir de este instante, en el que se crea un nuevo
Añover; ahora con el complementario y distintivo “de Tormes”, cuando en la
documentación relativa al antiguo Añover, comienza a usarse y nominarse en los
documentos: Añover de Tajo.
Durante la dura primera mitad del siglo XVII Añover tiene un pueblo hermano y para diferenciarse de él empieza a utilizar el apellido fluvial Tajo, consigue el importante reconocimiento de Villa, nace también el nuevo título nobiliario de Conde de Añover de Tormes.
Texto del libro inédito: "Historia de la Villa de Añover de Tajo (1222-1848)" de Martín de Sandoval, Evaristo, y Travesedo y Colón de Carvajal, Carmen.
Artículo anterior de Antonio Talavera, titulado El otro añover
Antonio Talavera Díaz
ResponderEliminarCreo que ya he contado que conocí la existencia de ese pueblo salmantino gracias al cine de Añover. Un jueves de verano, la película no llegó y no recuerdo si se sustituyó por otra o simplemente se retrasó la proyección para el día siguiente. El caso es que pregunté a la autoridad competente en la materia, conocida por todos nuestros paisanos de entonces como Santiago "El Confitero", qué es lo que había pasado, y me informó de que en la etiqueta de la distribuidora habían escrito, sencillamente "Añover de T" y la empresa de transportes había interpretado que se trataba de un tal "Añover de Tormes", de cuya existencia, sorprendentemente, nunca había oído hablar ni en Añover de Tajo ni en parte alguna. Pasados bastantes años visité esa localidad un verano y, para nueva sorpresa, los vecinos a los que pude preguntar (pocos porque era agosto y la hora de la siesta) daban por hecho que su nombre actual era relativamente reciente. Deduje que tanto en un Añover como en el otro la historia no había sido justamente apreciada...
El comentario corresponde al enlace del artículo en facebook, lo he pasado aquí para que quede constancia
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