sábado, 19 de noviembre de 2022

TRABAJO PRESENTADO AL II CONGRESO JOVEN DE HISTORIA DE MANCHA - INFORME COMPLETO

EQUIPO DE INVESTIGACION HISTÓRICA DEL COLEGIO PÚBLICO "CONDE DE MAYALDE" DE AÑOVER DE TAJO


Amalia Belmonte García

Víctor Javier Carmena Sánchez

José Ignacio Barbero Sevilla

Eva Carmena Mohino

Diego Cabello Jiménez

Miguel Angel Escribano Pérez

Angel Conde Pérez

Mª Angeles del Cerro Magán

Francisco Javier González Martín

Sonia Ballesteros Angel

Profesor—coordinador

Juan Manuel Magán García

Añover de Tajo, Febrero/87


 

PREÁMBULO

 

Motivados por la conmemoración del cincuenta aniversario del inicio de la Guerra Civil Española, hemos abordado el estudio    de este hito histórico a partir de una serie de aproximaciones de muy diverso carácter,

Desde un primer momento nos hemos centrado en el examen de la situación histórica tomando como punto de referencia constante la realidad próxima y concreta de nuestro pueblo, eludiendo en principio cualquier intento de análisis del dato histórico a otros niveles más amplios, salvo cuando lo precisaba la necesidad de ponderar y contrastar los datos de nuestro entorno inmediato con los de su contexto comarcal, provincial, regional o nacional.

Hemos planteado este sistema de trabajo partiendo de la hipótesis  de que lo acontecido en nuestro pueblo en aquella fase de la historia del país, la dinámica propia de un núcleo rural castellano involucrado de lleno en la tensión inherente a un conflicto civil armado —como es el caso Que nos ocupa—, presenta múltiples afinidades con lo ocurrido en el medio rural español genéricamente considerado. De modo que conociendo las claves históricas que configuran aquella etapa de la evolución de la pequeña historia de nuestro pueblo nos aproximamos al conocimiento, a otros niveles más generales, del hecho histórico globalmente considerado,

A lo largo del desarrollo de nuestra investigación hemos constatado la animosidad que el tema aún genera en nuestros mayores. Hemos detectado recelos y cierto apasionamiento en algunas personas a las que hemos solicitado colaboración, principalmente a la hora de relatarnos capítulos referidos a las secuelas que los acontecimientos luctuosos de la época imprimieron en sus propias vidas y en las de los suyos,

Precisamente este dato, entre otros, nos ha obligado a verificar en lo posible las informaciones que hemos recibido procurando contrastarlas a través del análisis y estudio pormenorizado de las fuentes de donde nos llegaban. Nos hemos marcado como objetivo último efectuar un tratamiento del tema en una clara línea de objetividad, evitando cuanto nos ha sido posible parcial ismos y subjetividades, Si se advirtiera, no obstante —en el fondo o en la forma— faltas de equilibrio o imparcialidad en nuestro trabajo, ello debe achacarse a la falta de "profesionalidad", nunca a otros intereses no expuestos.

Desde aquí, nuestro sincero agradecimiento a cuantos han colaborado con nosotros en la realización del trabajo que se presenta.


1.CONTEXTO DEMOGRÁFICO

1.1. La población en Àñover de Tajo : 1900/1980.

Analizando la evolución de las cifras absolutas de la población en Añover de Tajo en el transcurso de los distintos censos del presente siglo, se observa una nítida tendencia al aumento en las tres primeras décadas, cifrada en un incremento relativo del 29,12% hasta 1930, superior al incremento correspondiente experimentado a nivel provincial, que se sitúa en el 17,54%

Esta tendencia queda rota en la década 1930/1939, el censo de 1940 supone un descenso de población cifrado en un 27% res— pecto del de 1930. A nivel provincial el retroceso es menos acusado, suponiendo solamente el 1,91%. Los posteriores censos prosiguen la tónica ascendente iniciada a comienzos de siglo, consiguiendo superar el de 1980 en 1660 habitantes al de 1900, El incremento global hasta 1980 se sitúa en torno al 38,50%

Parece obvio que la brusca ruptura experimentada en la década 1930/1939 respecto de la tónica global de incremento de la población de Añover de Tajo en el resto del siglo, necesariamente ha de responder a ciertos acontecimientos que —por sus peculiares circunstancias— incidieron negativamente en la evolución demográfica de nuestro pueblo.

1.2 Evolución de la poblaci6n en Añover de Tajo: 1.926/1.949.

1.2 Década de preguerra

No disponemos de datos oficiales de población anual de hecho referidos a Añover de Tajo en esta década, salvo el censo de 1930. A efectos de calcular las diversas tasas demográficas de los años de este periodo, estableceremos la cantidad media resultante de        la realización de dicha operación con los censos anterior y siguiente de las décadas afectadas para años comprendidos entre 1926 y 1929. Así, entendemos que la población media anual de éstos ha de ascender a 3.186 habitantes.

Los años que transcurren entre 1931 y 1935 entendemos que contarían con una población media de 3.890 habitantes, cantidad resultante de hallar la media entre el censo de 1930 y el que hipotéticamente hubiera tenido en 1940, de haber seguido el ritmo de incremento de población iniciado en las tres primeras décadas del siglo.

Así pues, la tónica general que ofrecen los datos de población de esta década de preguerra según nuestras estimaciones se caracterizaría por el aumento, que rondaría un porcentaje situado en torno a un 22% de incremento.

1.2.2. Periodo bélico

El impacto de los sucesos acaecidos desde el verano de 1936 hasta la primavera de 1939 en la evolución del número de habitantes de hecho de nuestro pueblo revistió una enorme importancia, carecemos de datos oficiales para evaluar cuantitativamente la población añoverana de este periodo, Sólo contamos con la aportación de testimonios contrastados que coinciden en afirmar que a partir de Octubre de 1936 el cómputo total de habitantes de nuestro pueblo Quedó reducido a un tercio del que había a inicios de ese año. Dando por válido el cálculo establecido como media de población anual para el quinquenio 1931/1935, cifrado en 3.890 habitantes, deducimos que a partir de Octubre de 1936 se fija como media de población 1,296 habitantes para todo el periodo bélico, Para los meses anteriores al pronunciamiento militar establecemos como referencia una población total igual a la de 1935 y para los meses que completan el año 1939 a partir de Abril, estableceremos la referencia de población total igual a la del censo de 1940.

El hecho de concentrar en Añover de Tajo la resistencia por parte de las tropas republicanas frente al avance experimentado por las nacionales en la línea del Tajo, tras la toma de Toledo, provocó que gran parte de la población civil en nuestro pueblo determinara ausentarse de sus domicilios en previsión del peligro que ello suponía para su integridad, Así pues, ya en la quincena anterior a la toma del pueblo, un fuerte contingente de población de Añover de Tajo con dirección a diversas zonas del dominio republicano, fundamentalmente hacia Ye pes, Villasequilla, Ocaña y Madrid. Un segundo contingente esperó hasta el mismo domingo, 18 de Octubre en que tras la entrada de las fuerzas nacionales salió del pueblo precipitadamente.

La noticia del fin de la guerra, en Abril de 1939, supuso el regreso de la mayor parte de cuantos abandonaron Añover de T ajo en el otoño de 1936, que volvieron al pueblo prácticamente de forma simultánea, salvo algunas familias que se decidieron por el exilio al extranjero y otras que se afincaron en IOD pueblos y ciudades en los que se establecieron durante el periodo bélico.

Así pues, el inicio de la Guerra Civil supuso el quebranto de la tendencia alcista que caracterizó la evolución de la población en nuestro pueblo en 'la década de preguerra, produciéndose un vuelco en la misma cifrado en un retroceso que se sitúa por encima del 66,50%.

 

1.2.3. Década de postguerra

A partir de 1941 disponemos de los datos oficiales de población anual, hasta 1949, La tónica global es predominante ascendente aunque con una clara tendencia al estancamiento, salvo en los años 1945 y 1946 en que se produce un ligero descenso. El incremento global supone un 22%, si bien en su mayor parte el aumento se localiza en los dos primeros años de la década como consecuencia todavía del retorno de los añoveranos que habían abandonado el pueblo con motivo de la guerra. En estos dos años se produce un incremento del 14,87% del total de la década, el resto de los años registra el 6% de incremento restante.


 

2. NATALIDAD

2.1. Evolución de las tasas de natalidad

2.1.1. Década de preguerra

La evolución de las tasas anuales de natalidad en el decenio 1926/ 1935 se caracteriza por una marcada. tendencia a la progresiva disminución (Gráfica 2, Tabla 1) más acusada en los últimos años del periodo, si bien el perfil que presenta muestra unas fluctuaciones importantes, con amplitudes que rebasan varias veces los cinco puntos entre un año y sus siguiente y anterior, La tasa media acusa valores por debajo de sus correspondientes a nivel provincial y nacional. La tasa máxima se localiza en 1930 (30,03 ª/ºº) y la mínima da en 1935 (19,08 º/ºº)

2.1. 2. Periodo bélico

El contraste entre las tasas del periodo bélico es aún más acusado que en su década precedente. En este periodo se dan tasas máxirnas situadas en el 32.40 0/00 en 1937 y mínimas como la correspondiente a los tres últimos trimestres de 1939 (11,01 0/ 00) . Ambas cotas son las extremas en el panorama de todos los años estudiados.

En conjunto la tasa media de este periodo desciende respecto de la correspondiente a la década de preguerra, situándose en torno al 25,5 0/00. Esta disminución responde a parámetros similares a nivel provincial.

 

 2.1.3 Década de postguerra

Diferenciamos en la evolución de las tasas de natalidad de este periodo dos fases que coinciden con los dos quinquenios que lo componen. Las tasas del primer quinquenio suponen la continuación de la tónica descendente que caracteriz6 al periodo bélico, aunque con un perfil bastante irregular. En el segundo quinquenio parecen estabilizarse las tasas en torno a valores muy próximos al 24 0 /00    insinuándose cierta recuperación respecto de la tendencia negativa global.

Comparando estos datos con sus correspondientes a nivel provincial se detecta una clara superioridad. de estos últimos, tres puntos por encima de la tasa media de Añover de Tajo, Sin embargo la comparación con los datos a nivel nacional arroja un saldo distinto: la diferencia es favorable a nuestro pueblo en 2.4 puntos.


2.2. Fluctuaciones estacionales

Por lo que respecta a la natalidad fijaremos nuestra atención en lo relativo a las concepciones para estudiar si existen datos significativos referidos a la tendencia a una u otra estación.

Atendiendo al comportamiento global de los periodos estudiados se observa poca diferencia en el reparto del número de concepciones de verano (28,09 %), otoño (26,20 %) y primavera (26,01 %), que por este orden reflejan las predilecciones más notables, frente al invierno que queda como la estación que registra el menor porcentaje (22,01 %).

Este esquema se rompe al analizar cada periodo por separado. En la década de preguerra (Gráfica 3, Tablas 2, 3 4) y en el periodo bélico se da ligero predominio en las estaciones de primavera y verano (57 %) frente a las de otoño e invierno (43 %). Esta diferencia se resuelve a favor de las estaciones otoño e invierno en la década de postguerra (52,40 %) frente a las de primavera y verano (48.60 %).

No se aprecia en principio que 'este dato quede afectado a consecuencia de la coyuntura histórica, Sin duda inciden en él otras causas, principalmente de tipo económico,

2.3. Ilegitimidad

La ilegitimidad es considerada habitualmente una violación del sistema moral religioso, por lo que su mayor o menor incidencia en la natalidad global puede resultar un indicador del nivel de aceptación de la moral religiosa.

En su mayor parte son casos de padres conocidos y solteros, que en breve plazo de tiempo suelen regularizar su estado contrayendo matrimonio, según consta en anotaciones marginales.

En el periodo bélico se registran unos porcentajes que rondan una media anual en torno al 7 % del total de nacidos (Gráfica 4), aunque hay un enorme contraste entre los valores de cada año, dándose un predominio de los valores máximos en los años últimos del decenio. En el año 1935 se da el mayor porcentaje anual de esta década (21,33 %). La dinámica anticatólica que en el bienio anterior a la Guerra Civil se generó puede ser la causa de este enorme incremento de la ilegitimidad.

Pudiera deducirse que el predominio político a nivel local de las “izquierdas” indujo indirectamente al rechazo de la moral católica por parte de la generalidad de la población y, en consecuencia, al incremento de la ilegitimidad. Sin embargo este argumento pierde con.3istencia al comprobar que los porcentajes correspondientes al periodo bélico (media anual del 8,04 %) y a la década de postguerra (media anual del 15,35 %) registran valores muy por encima de la primera década estudiada obviamente nada influenciados en ambos casos por ningún tipo de administración de "izquierdas"

En el periodo 1940/1949 se dan, pues, los mayores porcentajes de ilegitimidad de todos los estudiados. En 1946, con un 24,28 %, y 1941, con un 23,21 %, se registran los valores más altos, realmente muy significativos.

Globalmente se da un predominio de concepciones de ilegítimas localizado en los meses de primavera; estación denominada de “euforia biológica"

3. MORTALDAD

3.1. Evolución de las tasas de mortalidad

3.1.1. Década de preguerra

En general las tasas de mortalidad que caracterizan a la década de

preguerra en Añover de Tajo (Gráfica 2) presentan valores siempre por debajo de lo correspondientes a nivel nacional y provincial. La tasa media se sitúa en torno al 11,5 0/00 su evolución presenta un perfil descendente a medida que avanza la década, en particular a par
tir de 1932, experimentando una brusca subida en 1934 por efecto de un movimiento paralelo localizado en las defunciones de menores de un año; esta situación se repite en 1930, año que registra la mayor tasa de mortalidad de la época (19.72 0/00) , como causa también del elevado  número de defunciones de menores de un año.

 

3.1.2. Periodo bélico

El perfil en declive de la década precedente al periodo bélico queda violentamente interrumpido al alcanzarse al inicio del conflicto la cota más elevada en las tasas de mortalidad de todos los años estudiados. El brusco cambio en el cómputo de habitantes experimentado a mediados de 1936 nos aconseja diferenciar, como en el caso de la natalidad, dos tasas diferentes dentro del mismo año en la primera mitad del año el promedio de defunciones por cada mil habitantes ya es más del doble que el correspondiente al año anterior; pero éste se multiplica por cuatro en la segunda mitad del año, alcanzando un valor muy cercano al 69,50 0/00. En los sucesivos años del periodo las tasas descienden, siguiendo un esquema muy similar al correspondiente a nivel provincial. El descenso es muy significativo en 1938, cuya tasa se sitúa en el 8,48 0/00.

En 1939, al igual que en 1936, se da un cambio importante en el total cómputo de habitantes a partir del final de la guerra. Ello nos aconseja, también como en el caso de la natalidad, a diferenciar en el mismo año dos distintas tasas de mortalidad: una caracterizada por continuar el esquema descendente y que abarca el primer trimestre del año, cuyo promedio supera ligeramente la cota del 6 0/00 y otra, de tendencia opuesta y que abarca los tres trimestres restantes, cuyo pro—  medio se situa por encima del 22%0.

 

3.1.3. Década de postguerra

Aquí se repite nuevamente el esquema que caracterizó a la década de preguerra: las tasas máximas se sitúan al comienzo de la década, particularmente en el año inicial, que registra la tasa superior del decenio (24,040/00), y van progresivamente descendiendo a medida que avanzan los años. Esta tendencia en la disminución paulatina de las tasas sólo se altera en 1947, año en que se produce un significativo ascenso, que va perdiendo cuantía en los años sucesivos.

El esquema es muy similar al producido a nivel provincial, si bien los valores provinciales son globalmente superiores a los de nuestro pueblo, aunque en mínima cuantía. Esta inferioridad se da igualmente en comparación con los datos nacionales: la media nacional supeera en un punto a la de Añover de Tajo en esta década,

3.2. Fluctuaciones estacionales

El reparto mensual de las cifras de mortalidad presenta un perfil sumamente irregular a lo largo de los tres periodos estudiados. Parece detectarse cierta tendencia a la acumulación de cifras más significativas en los meses de mayor rigor climatológico en los tres periodos:

las máximas coinciden con los meses de Febrero (10,39% del total) en el primer periodo, Noviembre (15,51% del total) en el segundo y Enero (11,76%) en el tercero. (Tablas 12, 13 y 14)

No obstante este esquema queda roto considerando el reparto estacional (Gráfica 7), que sólo coincide para el caso del periodo de postguerra, en que se detecta un claro predominio en los meses invernales (29,49%) , en tanto que en el periodo bélico éste se da en los meses de otoño (32,75%) y en la década de preguerra los meses de mayor mortalidad se centran en verano (28,92%). De cualquier modo, las diferencias porcentuales entre las distintas estaciones de cada periodo son escasamente significativas, salvo la amplitud que curiosamente se da en el periodo bélico entre el máximo otoñal (32,75%) y el mínimo, registrado en los meses de invierno, que se situa casi quince puntos por debajo de aquel.

3.3. Mortalidad por grupos de edades

Más de la mitad de los fallecidos en Añover de Tajo en el decenio anterior a la Guerra Civil contaban con más de veinte años. La población adulta, junto con la infantil (se entiende menores de un año) que en esta década supone el 25,79% del total de fallecidos, son los grupos que engrosan la mayor parte de las defunciones. Este esquema se repetirá en el resto de los periodos estudiados (Gráfica 5, Tablas 5, 6 y 7), pero con matizaciones de interés.

En el periodo bélico se produce un incremento importante en el porcentaje del grupo de más de veinte años, alcanzando los valores más elevados de todos los periodos (68,96%). Por el contrario, el porcentaje (de mortalidad infantil) registra ahora la cota mínima de todos los periodos que estudiamos (12,64%). Sin duda la composición de la población por edades en este periodo propiciaría junto con la incidencia de la cifra de defunciones por causa directa de la guerra, este esquema de mortandad.

En la década de postguerra se afianza la tendencia del periodo bélico, ahora en otras circunstancias y por causas diversas, aunque en proporciones más reducidas.

3.4. Causas de mortalidad

Aún con las limitaciones que supone que en el 12% de las defunciones registradas no se especifique la causa de la muerte, su estudio nos ofrece una serie de datos bastante significativos. (Gráfica 9, Tabla 8)

Tal es el caso de la curiosa evolución que siguen las cifras de fallecidos a causa de enfermedades tipificadas como infecciosas: en la década de preguerra y en el periodo bélico son mayoría el número de muertos por esta causa, que pierde la hegemonía en el decenio de postguerra quedando relegada a un segundo lugar. Sin duda la valiosa aportación del doctor Fleming influyó decisivamente en esta pérdida de hegemonía, junto con una evidente mejora general de las condiciones higiénico sanitarias en que se desarrollaba la vida en este periodo en nuestro pueblo —fundamentalmente en el segundo quinquenio de esta década.

Una evolución contraria ofrecen los datos referidos a fallecimientos debidos por enfermedades tipificadas como tumores y, más acusado aún, por enfermedades de tipo cardiovascular. Ello se explica en base a la mayor longevidad media de la población (Gráfica 10, Tabla 19) conforme avanzan los años, en especial en la década de postguerra. El descenso de casos de enfermedades infecciosas que desembocan en la muerte produjo una progresiva elevación de la esperanza de vida, unido a la paulatina disminución de la mortalidad infantil.

Similar comportamiento registran los datos correspondientes a fallecimientos por causas originadas en procesos degenerativos, enfermedades del aparato digestivo y por alteraciones metabólicas, que van perdiendo importancia numérica con el progreso de los años.

No sucede así con las muertes causadas por accidentes, que curiosamente en el periodo de guerra registran un significativo tercer puesto en la clasificación que hemos ideado. En la década de preguerra y en la de postguerra se dan porcentajes comparativamente insignificantes.

Capítulo aparte merecería el análisis de las muertes causadas directamente como consecuencia del conflicto armado. El número que hemos registrado de este tipo de muertes posiblemente sea menor al que en realidad fue. La mayor parte de las muertes registradas con este motivo se dan en los dos primeros años de la guerra: el 77,41 % de las víctimas de guerra se produjeron en estos años.

Por grupos de edades cabe destacar el dato del equitativo reparto de las cifras de defunciones causadas por procesos infecciosos entre todo: los grupos en los tres periodos. (Tablas 9, 10 Y 11)

Por otra parte, respecto del grupo de fallecidos menores de un año, indicar la curiosa circunstancia del elevado número de defunciones causadas por alteraciones metabólicas centrada en la década de preguerra fundamentalmente, circunstancia que desaparece en los periodos siguientes.

Por el contrario, las muertes en este grupo de edad referidas a enfermedades cardiovasculares sólo revisten importancia numérica en la década de postguerra.

El grupo de edad de fallecidos de uno a ocho años registra como causa primordial y casi exclusiva en los tres periodos la derivada de enfermedades infecciosas, circunstancia que queda matizada en la década de postguerra por la importancia que entonces cobran las defunciones por problemas cardiovasculares.

Parecida situación se repite para el grupo de edad comprendido entre los ocho y veinte años. En el grupo de edad de mayores de veinte años se produce una mayor dispersión de causas, cobrando una entidad importante aquí las defunciones debidas a procesos degenerativos, esencialmente en el decenio 1926/1935.

3.5. Mortalidad infantil

Es nítida la tendencia global que experimentan las tasas de mortalidad infantil en los tres periodos que estudiamos: se da un perfil descendente matizado por unas fluctuaciones relativamente acusadas, fundamentalmente en la década de preguerra, (Gráfica 6, Tabla 15)

Comparativamente la mortalidad infantil, su evolución a nivel nacional marca una tendencia coincidente con la que hemos observado en nuestro pueblo, si bien los valores medios presentan ligeras diferencias en ambos casos: en la década de preguerra la tasa media añoverana es mínimamente inferior a la española y en el resto de los periodos estudiados el efecto es el contrario, aunque con valores mínimamente significativos.

La divergencia en el análisis de ambas evoluciones se detecta en el ritmo del descenso de las tasas: a nivel nacional el descenso de los valores medios entre los dos primeros periodos es del 23,72%, frente a un descenso de sólo el 8,4% para el caso de Añover de Tajo respecto de la disminución entre las tasas medias del periodo bélico y su década siguiente, las diferencias se mantienen, aunque más atenuadas a nivel nacional 14,56% de descenso, a nivel añoverano 8,08% de descenso.

Por otra parte, la evolución de la mortalidad infantil en nuestro pueblo presenta unas características muy similares a las ya comentadas en el apartado 3.1., salvo en lo que se refiere al periodo bélico.

La mortalidad infantil no quedó afectada por la coyuntura histórica la tasa media, en el periodo bélico, resulta inferior a la media de su década precedente.

Analizando la distribución estacional de las cifras de mortalidad infantil (Gráfica 8, Tablas 16, 17 y 18), se aprecia una clara tendencia a la uniformidad a lo largo de los años estudiados. Hay un marcado predominio de los máximos en los meses de estío y en el tránsito al otoño en los tres periodos, pero más acentuado en el caso de los años de la contienda. En el periodo de preguerra las diferencias entre las distintas estaciones se atenúa, repitiéndose el esquema ya indicado

 

4. CRECIMIENTO VEGETATIVO

4.1. Década de preguerra

La tendencia de las tasas de crecimiento vegetativo presenta en este periodo para nuestro pueblo un perfil progresivamente en descenso, con valores que oscilan entre el 22,28 0/00 en 1927 y el 11,56 0/00 en 1934.

Los altibajos de la línea de evolución de estas tasas demuestran una relativa inestabilidad demográfica en este periodo, aunque siempre se trata de valores positivos, cuya media se sitúa en torno al 15 0/00, acorde con sus datos correspondientes a nivel tanto provincial como nacional.

4.2. Periodo bélico

Globalmente hay que señalar como significativo el enorme descenso, del crecimiento, que se sitúa en valores medios muy próximos al 0 0/00 por debajo de su correspondiente media a nivel provincial (1,10 0/00) que así mismo experimenta en este periodo un movimiento similar al señalado para nuestro pueblo.

La segunda mitad de 1936 registra para sí los valores inferiores del crecimiento vegetativo en este periodo (-44,75 0/00) como consecuencia de haberse producido una elevada. mortalidad al momento de haber disminuido bruscamente el total de la población de hecho y tras registrarse unas muy moderadas cifras de natalidad. En similares circunstancias se produce en la segunda mitad de 1939 otro significativo descenso en la tasa de crecimiento vegetativo, si bien menos importante en esta ocasión (-11,02 0/00)

4.3. Periodo postbélico

La evolución de las tasas de crecimiento vegetativo en este decenio se caracteriza por una paulatina recuperación, consiguiéndose una tasa media en el periodo (11,79 0/00) que supera tanto a sus correspondientes valores provinciales (11,17 0 /00) como nacionales (8,59 0 /00). La recuperación se afianza por completo en los últimos seis años de la década asa media por encima de los 150/00 manteniendo en los cuatro años restantes unos valores muy afectados por la convulsión demográfica que supuso la guerra y sus crueles secuelas padecidas principalmente en la postguerra inmediata. La tasa media de estos cuatro años no supera el 7 0/00.

 

5. NUPCIALIDAD

5.1. Evolución de las tasas de nupcialidad

5.11. Década de preguerra

La media anual de nupcialidad en este periodo no supera el 7,5 0/00 y sería menos importante si exceptuaramos del cómputo global los datos referidos a los dos primeros años del decenio, que alcanzan valores muy por encima de ésta (10,86 0/00 y 12.86 0/00 respectivamente). De cualquier modo esta media es muy similar a su correspondiente a nivel provincial. (Gráfica 12, Tabla 20)

5.1.2. Periodo bélico

Se produce en estos años un significativo descenso de la tasa de nupcialidad, que se sitúa ahora en el 5,35 0/00. La cota resultaría muy afectada negativamente si exceptuararnos el número de matrimonios celebrados en la primera mitad de 1936 y en los tres últimos trimestres de 1939. Avala esta apreciación el dato referido a la mensual de matrimonios de todos los años estudiados: en tiempo de guerra la media mensual es de 0,36, frente al 2,27 en tiempo de paz.

No obstante, la tasa correspondiente a estos años a nivel provincial es aún menor que la indicada para nuestro pueblo: 3,5 0/00.

5.1.3. Década de postguerra

La década de postguerra experimenta una clara recuperación de las tasas de nupcialidad, consiguiendo un valor medio anual del 9,35 0/00 y registrando en ella las tasas más elevadas de todos los periodos estudiados significándose la correspondiente a 1947, que se sitúa en casi un 15 0/00.

El año 1944 presenta una tasa cercana al 13 0/00. Sin duda en estos años de postguerra, ya transcurridos los más crudos del periodo, regularizaron su situación matrimonial gran cantidad de parejas que de hecho venían haciendo ya vida conyugal. Sirva al efecto el dato curioso referido precisamente a 1944: en el mes de Abril de aquel año 18 parejas contrajeron matrimonio en nuestro pueblo, la mayor parte de ellas en el primer domingo del mes.

Las correspondientes tasas provinciales quedan un sólo punto por debajo de la media de Añover de Tajo.

5.2. Fluctuaciones estacionales

Presumiblemente serán factores económico—laborales los que predominantemente influyan en la distribución estacional de las nupcias. No hay que olvidar que la actividad laboral agraria es predominante en esta época en nuestro pueblo, por lo que los ciclos agrarios influirán de modo determinante en la elección de las fechas de las bodas.

Efectivamente, los mayores porcentajes de matrimonios se localizan en las estaciones con menor actividad agrícola, dándose los mínimos en los meses de verano —fase de recolección y de acumulación de ingresos económicos que permitirían la realización posterior de la mayor parte de los proyectos matrimoniales, que se verificarán en los últimos meses de otoño y en invierno. (Gráfica 13, Tablas 22, 23 y 24)

Es válido este esquema para el análisis de las fluctuaciones estacionales de las décadas anterior y posterior al periodo bélico, pero el perfil de éste curiosamente muestra la tendencia opuesta, evidentemente algo cambió en la coyuntura social de aquel periodo para provocar tal vuelco en la tendencia. En efecto, baste recordar que en todo el periodo bélico los cambios del término quedaron incultos se paralizó consiguientemente toda actividad agrícola. El abastecimiento siempre se garantizó a través del comercio con la capital provincial. Curiosamente esta situación hizo romper la costumbre, resultando entonces el mes de Julio el más elegido para la celebración de las bodas

5.3. Edad y estado civil de los contrayentes

La media de los contrayentes (Gráfica 14, Tabla 21) en la década de preguerra registra los valores mínimos de todos los años que estudiamos, situándose en 24,4 años. En los periodos siguientes asciende progresivamente: 0,43 años en el periodo 36/39 y 3,4 más en la década de postguerra.

La diferencia de edad entre el varón y la mujer es siempre favorable al primero, especialmente en el periodo bélico, donde la diferencia media se traduce en casi cuatro años para el varón. En el decenio anterior a la guerra la diferencia media es insignificante (0,6 años más el varón que la mujer). Algo más consistencia tiene en el periodo postbélico (1,2 años de diferencia).

Obviamente el mayor porcentaje de matrimonios se celebraron entre parejas de solteros, El porcentaje de matrimonios en el que alguno de los cónyuges era viudo es mínimo. No se da el caso en el periodo bélico. En la década anterior a la Guerra Civil anotamos el mayor porcentaje (4,10 % del total de los celebrados). En la década de Postguerra el porcentaje sólo alcanza el 1,76% del total.

5.4. Naturaleza de los cónyuges

El mayor porcentaje de los matrimonios celebrados en Añover de Tajo en los tres periodos estudiados corresponden a parejas de individuos naturales ambos de este pueblo (Gráfica 15, Tablas 28, 29 y 30), particularmente en el decenio 1926/1935 cuyo porcentaje rondaba el 91,5% del total de los celebrados. Los valores de los dos periodos restantes descienden de forma paulatina: 88,09% y77,11% respectivamente.

El caso de matrimonios en los que ambos contrayentes son forasteros no merece comentario, por su insignificante porcentaje global.

Más interesante es el análisis de los matrimonios en los que uno de los cónyuges es forastero. Su evolución a través de los tres periodos es significativa (Gráfica 15). En el periodo bélico se da un retroceso mínimo respecto de su década anterior, que apenas se traduce en un 1,5%, sin embargo la década de postguerra supone en este sentido un auténtico cambio de costumbres. En esta última década pasa de un 7,14 % de matrimonios "mixtos" a un 20,77%.La preferencia por buscar  pareja en los pueblos cercanos de la provincia (Alameda, Mocejón, Villaseca,…) muy marcada en la década de preguerra entonces supuso un 65% del total de matrimonios en los que uno de los cónyuges era fora tero, queda equilibrada en el decenio posterior a la Guerra Civil.

Por otra parte, la proporción de varones forasteros sobre hembras forasteras en las parejas "mixtas" en el último decenio estudiado es menos aplastante que en la década de preguerra, en la cual el porcentaje de casos en los que la cónyuge era natural de Añover se acerca al 90%. De cualquier modo, es predominante siempre el porcentaje de parejas en las que el forastero es el marido.

La incidencia de este dato en la evolución general de la población puede ser de capital importancia, sabido que en la mayoría de los casos el nuevo matrimonio pasa a fijar su residencia en el lugar de origen del marido. Profundizar en su estudio nos conduciría a un mejor conocimiento del crecimiento real de la población en cada caso.

6. CONCLUSION GLOBAL

Tal y como era de suponer, la incidencia de la Guerra Civil en el desarrollo demográfico de nuestro pueblo fue determinante en lo referido a la configuración del modelo demográfico que caracterizó a los años de guerra y al decenio que siguió.

Son muy variadas las conclusiones que a la luz de la elaboración de los datos obtenidos se pueden extraer. Por razones de síntesis únicamente destacaremos una conclusión global, a nuestro juicio la más significativa. El conflicto bélico y la dinámica propia de la convulsión social que origina vino a subvertir las tendencias demográficas en Añover de Tajo hasta límites inexplicables, si no es por aquella coyuntura. Se rompe la línea de crecimiento absoluto de la población que caracterizó a las primeras décadas del siglo; las tasas de mortalidad se hincharon, provocando un retroceso demográfico que alcanza un cambio a valores negativos en el perfil de la línea de crecimiento vegetativo, que se irá muy lentamente recuperando en los primeros años de postguerra con la vuelta a la localidad del ingente número de vecinos que la abandonaron durante la guerra.

Presumiblemente de no haberse producido este regreso, el modelo demográfico resultante en los críticos años de la postguerra inmediata hubiera registrado alarmantes tasas demográficas caracterizadas por esquemas regresivos y valores negativos, Afortunadamente no fue así y el proceso de reajuste de la población absoluta inherente a la situación.

 

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