EQUIPO DE INVESTIGACION HISTÓRICA DEL COLEGIO PÚBLICO "CONDE DE MAYALDE" DE AÑOVER DE TAJO
Amalia Belmonte García
Víctor Javier Carmena Sánchez
José Ignacio Barbero Sevilla
Eva Carmena Mohino
Diego Cabello Jiménez
Miguel Angel Escribano Pérez
Angel Conde Pérez
Mª Angeles del Cerro Magán
Francisco Javier González Martín
Sonia Ballesteros Angel
Profesor—coordinador
Juan Manuel Magán García
Añover de Tajo, Febrero/87
PREÁMBULO
Motivados por la conmemoración del cincuenta aniversario del
inicio de la Guerra Civil Española, hemos abordado el estudio
Desde un primer momento nos hemos centrado en el examen de
la situación histórica tomando como punto de referencia constante la realidad
próxima y concreta de nuestro pueblo, eludiendo en principio cualquier intento
de análisis del dato histórico a otros niveles más amplios, salvo cuando lo
precisaba la necesidad de ponderar y contrastar los datos de nuestro entorno
inmediato con los de su contexto comarcal, provincial, regional o nacional.
Hemos planteado este sistema de trabajo partiendo de la
hipótesis
A lo largo del desarrollo de nuestra investigación hemos
constatado la animosidad que el tema aún genera en nuestros mayores. Hemos
detectado recelos y cierto apasionamiento en algunas personas a las que hemos
solicitado colaboración, principalmente a la hora de relatarnos capítulos
referidos a las secuelas que los acontecimientos luctuosos de la época
imprimieron en sus propias vidas y en las de los suyos,
Precisamente este dato, entre otros, nos ha obligado a
verificar en lo posible las informaciones que hemos recibido procurando
contrastarlas a través del análisis y estudio pormenorizado de las
Desde aquí, nuestro sincero agradecimiento a cuantos han
colaborado con nosotros en la realización del trabajo que se presenta.
1.CONTEXTO DEMOGRÁFICO
1.1.
La población en Àñover de Tajo : 1900/1980.
Analizando la evolución de las cifras absolutas de la
población en Añover de Tajo en el transcurso de los distintos censos del presente
siglo, se observa una nítida tendencia al
Esta tendencia queda rota en la década 1930/1939, el censo
de 1940 supone un descenso de población cifrado en un 27% res— pecto del de
1930. A nivel provincial el retroceso es menos acusado, suponiendo solamente el
1,91%. Los posteriores censos prosiguen la tónica ascendente iniciada a
comienzos de siglo, consiguiendo superar el de 1980 en 1660 habitantes al de
1900, El incremento global hasta 1980 se sitúa en torno al 38,50%
Parece obvio que la brusca ruptura experimentada en la
década 1930/1939 respecto de la tónica global de incremento de la población de
Añover de Tajo en el resto del siglo, necesariamente ha de responder a ciertos
acontecimientos que —por sus peculiares circunstancias— incidieron negativamente
en la evolución demográfica de nuestro pueblo.
1.2 Evolución de la poblaci6n en Añover
de Tajo: 1.926/1.949.
1.2 Década
de preguerra
No disponemos de datos oficiales de población anual de hecho
referidos a Añover de Tajo en esta década, salvo el censo de 1930. A efectos de
calcular las diversas tasas demográficas de los años de este periodo,
estableceremos la cantidad media resultante de
Los años que transcurren entre 1931 y 1935 entendemos que
contarían con una población media de 3.890 habitantes, cantidad resultante de
hallar la media entre el censo de 1930 y el que hipotéticamente hubiera tenido
en 1940, de haber seguido el ritmo de incremento de población iniciado en las
tres primeras décadas del siglo.
Así pues, la tónica general que ofrecen los datos de
población de esta década de preguerra según nuestras estimaciones se
caracterizaría por el aumento, que rondaría un porcentaje situado en torno a un
22% de incremento.
1.2.2.
Periodo bélico
El impacto de los sucesos acaecidos desde el verano de 1936
hasta la primavera de 1939 en la evolución del número de habitantes de hecho de
nuestro pueblo revistió una enorme importancia, carecemos de datos oficiales
para evaluar cuantitativamente la población añoverana de este periodo, Sólo
contamos con la aportación de testimonios contrastados que coinciden en afirmar
que a partir de Octubre de 1936 el cómputo total de habitantes de nuestro
pueblo Quedó reducido a un tercio del que había a inicios de ese año. Dando por
válido el cálculo establecido como media de población anual para el quinquenio
1931/1935, cifrado en 3.890 habitantes, deducimos que a partir de Octubre de
1936 se fija como media de población 1,296 habitantes para todo el periodo
bélico, Para los meses anteriores al pronunciamiento militar establecemos como
referencia una población total igual a la de 1935 y para los meses que
completan el año 1939 a partir de Abril, estableceremos la referencia de población
La noticia del fin de la guerra, en Abril de 1939, supuso el
regreso de la mayor parte de cuantos abandonaron Añover de T ajo en el otoño de
1936, que volvieron al pueblo prácticamente de forma simultánea, salvo algunas
familias que se decidieron por el exilio al extranjero y otras que se afincaron
en IOD pueblos y ciudades en los que se establecieron durante el periodo
bélico.
1.2.3. Década
de postguerra
A partir de 1941 disponemos de los datos oficiales de
población anual, hasta 1949, La tónica global es predominante ascendente aunque
con una clara tendencia al estancamiento, salvo en los años 1945 y 1946 en que
se produce un ligero descenso. El incremento global supone un 22%, si bien en
su mayor parte el aumento se localiza en los dos primeros años de la década como
consecuencia todavía del retorno de los añoveranos que habían abandonado el
pueblo con motivo de la guerra. En estos dos años se produce un incremento del
14,87% del total de la década, el resto de los años registra el 6% de incremento restante.
2.
NATALIDAD
2.1.
Evolución de las tasas de natalidad
2.1.1.
Década de preguerra
La evolución de las tasas anuales de natalidad en el decenio
1926/ 1935 se caracteriza por una marcada. tendencia a la progresiva disminución
(Gráfica 2, Tabla 1) más acusada en los últimos años del periodo, si bien el
perfil que presenta muestra unas fluctuaciones importantes, con amplitudes que
rebasan varias veces los cinco puntos entre un año y sus siguiente y anterior,
La tasa media acusa valores por debajo de sus correspondientes a nivel provincial
y nacional. La tasa máxima se localiza en 1930 (30,03 ª/ºº)
y la mínima
2.1. 2. Periodo bélico
En conjunto la tasa media de este periodo desciende respecto
de la correspondiente a la década de preguerra, situándose en torno al 25,5 0/00. Esta
disminución responde a parámetros similares a nivel provincial.
2.1.3 Década de postguerra
Comparando estos datos con sus correspondientes a nivel
provincial se detecta una clara superioridad. de estos últimos, tres puntos por
encima de la tasa media de Añover de Tajo, Sin embargo la comparación con los
datos a nivel nacional arroja un saldo distinto: la diferencia es favorable a
nuestro pueblo en 2.4 puntos.
2.2. Fluctuaciones estacionales
Por lo que respecta a la natalidad fijaremos nuestra
atención en lo relativo a las concepciones para estudiar si existen datos
significativos referidos a la tendencia a una u otra estación.
Atendiendo al comportamiento global de los periodos
estudiados se observa poca diferencia en el reparto del número de concepciones
de verano (28,09 %), otoño (26,20 %) y primavera (26,01 %), que por este orden
reflejan las predilecciones más notables, frente al invierno que queda como la
estación que registra el menor porcentaje (22,01 %).
Este esquema se rompe al analizar cada periodo por separado.
En la década de preguerra (Gráfica 3, Tablas 2, 3 4) y en el periodo bélico se
da ligero predominio en las estaciones de primavera y verano (57 %) frente a
las de otoño e invierno (43 %). Esta diferencia se resuelve a favor de las
estaciones otoño e invierno en la década de postguerra (52,40 %) frente a las
de primavera y verano (48.60 %).
No se aprecia en principio que 'este dato quede afectado a
consecuencia de la coyuntura histórica, Sin duda inciden en él otras causas,
principalmente de tipo económico,
2.3. Ilegitimidad
La ilegitimidad es considerada habitualmente una violación
del sistema moral religioso, por lo que su mayor o menor incidencia en la
natalidad global puede resultar un indicador del nivel de aceptación de la
moral religiosa.
En su mayor parte son casos de padres conocidos y solteros,
que en breve plazo de tiempo suelen regularizar su estado contrayendo
matrimonio, según consta en anotaciones marginales.
En el periodo bélico se registran unos porcentajes que
rondan una media anual en torno al 7 % del total de nacidos (Gráfica 4), aunque
hay un enorme contraste entre los valores de cada año, dándose un predominio de
los valores máximos en los años últimos del decenio. En el año 1935 se da el
mayor porcentaje anual de esta década (21,33 %). La dinámica anticatólica que
en el bienio anterior a la Guerra Civil se generó puede ser la causa de este
enorme incremento de la ilegitimidad.
Pudiera deducirse que el predominio político a nivel local
de las “izquierdas” indujo indirectamente al rechazo de la moral católica por
parte de la generalidad de la población y, en consecuencia, al incremento de la
ilegitimidad. Sin embargo este argumento pierde con.3istencia al comprobar que
los porcentajes correspondientes al periodo bélico (media anual del 8,04 %) y a
la década de postguerra (media anual del 15,35
%) registran valores muy por encima de la primera década estudiada
obviamente nada influenciados en ambos casos por ningún tipo de administración
de "izquierdas"
En el periodo 1940/1949 se dan, pues, los mayores
porcentajes de ilegitimidad de todos los estudiados. En 1946, con un 24,28 %, y
1941, con un 23,21 %, se registran los valores más altos, realmente muy significativos.
Globalmente se da un predominio de concepciones de
ilegítimas localizado en los meses de primavera; estación denominada de “euforia
biológica"
3.
MORTALDAD
3.1. Evolución de las tasas de mortalidad
3.1.1. Década
de preguerra
En general las tasas de
mortalidad que caracterizan a la década de
preguerra en Añover de Tajo (Gráfica 2) presentan valores
siempre
3.1.2. Periodo bélico
El perfil en declive de la década precedente al periodo
bélico queda violentamente interrumpido al alcanzarse al inicio del conflicto
la cota más elevada en las tasas de mortalidad de todos los años estudiados. El
brusco cambio en el cómputo de habitantes experimentado a mediados de 1936 nos
aconseja diferenciar, como en el caso de la natalidad, dos tasas diferentes
dentro del mismo año en la primera mitad del año el promedio de defunciones por
cada mil habitantes ya es más del doble que el correspondiente al año anterior;
pero éste se multiplica por cuatro en la segunda mitad del año, alcanzando un
valor muy cercano al 69,50 0/00. En los sucesivos años
del periodo las tasas descienden, siguiendo un esquema muy similar al correspondiente
a nivel provincial. El descenso es muy significativo en 1938, cuya tasa se sitúa
en el 8,48 0/00.
3.1.3. Década
de postguerra
Aquí se repite nuevamente el esquema que caracterizó a la década
de preguerra: las tasas máximas se sitúan al comienzo de la década, particularmente
en el año inicial, que registra la tasa superior del decenio (24,040/00),
y van progresivamente descendiendo a medida que avanzan los años. Esta tendencia
en la disminución paulatina de las tasas sólo se altera en 1947, año en que se
produce un significativo ascenso, que va perdiendo cuantía en los años
sucesivos.
El esquema es muy similar al producido a nivel provincial,
si bien los valores provinciales son globalmente superiores a los de nuestro
pueblo, aunque en mínima cuantía. Esta inferioridad se da igualmente en
comparación con los datos nacionales: la media nacional supeera en un punto a
la de Añover de Tajo en esta década,
3.2. Fluctuaciones
estacionales
El reparto mensual de las cifras de mortalidad presenta un
perfil sumamente irregular a lo largo de los tres periodos estudiados. Parece
detectarse cierta tendencia a la acumulación de cifras más significativas en
los meses de mayor rigor climatológico en los tres periodos:
No obstante este esquema queda roto considerando el reparto
estacional (Gráfica 7), que sólo coincide para el caso del periodo de postguerra,
en que se detecta un claro predominio en los meses invernales (29,49%) , en
tanto que en el periodo bélico éste se da en los meses de otoño (32,75%) y en
la década de preguerra los meses de mayor mortalidad se centran en verano
(28,92%). De cualquier modo, las diferencias porcentuales entre las distintas
estaciones de cada periodo son escasamente significativas, salvo la amplitud
que curiosamente se da en el periodo bélico entre el máximo otoñal (32,75%) y
el mínimo, registrado en los meses de invierno, que se situa casi quince puntos
por debajo de aquel.
3.3. Mortalidad
por grupos de edades
Más de la mitad de los fallecidos en Añover de Tajo en el
decenio anterior a la Guerra Civil contaban con más de veinte años. La
población adulta, junto con la infantil (se entiende menores de un año) que en
esta década supone el 25,79% del total de fallecidos, son los grupos que
engrosan la mayor parte de las defunciones. Este esquema se repetirá en el
resto de los periodos estudiados (Gráfica 5, Tablas 5, 6 y 7), pero con
matizaciones de interés.
En el periodo bélico se produce un incremento importante en
el porcentaje del grupo de más de veinte años, alcanzando los valores más elevados
de todos los periodos (68,96%). Por el contrario, el porcentaje (de mortalidad
infantil) registra ahora la cota mínima de todos los periodos que estudiamos
(12,64%). Sin duda la composición de la población por edades en este periodo
propiciaría junto con la incidencia de la cifra de defunciones por causa
directa de la guerra, este esquema de mortandad.
En la década de postguerra se afianza la tendencia del
periodo bélico, ahora en otras circunstancias y por causas diversas, aunque en
proporciones más reducidas.
3.4.
Causas de mortalidad
Aún con las limitaciones
que supone que en el 12% de las defunciones registradas no se especifique la
causa de la muerte, su estudio nos ofrece una serie de datos bastante significativos.
(Gráfica 9, Tabla 8)
Tal es el caso de la curiosa evolución que siguen las cifras
de fallecidos a causa de enfermedades tipificadas como infecciosas: en la
década de preguerra y en el periodo bélico son mayoría el número de muertos por esta causa, que pierde la hegemonía en el
decenio de postguerra quedando relegada a un segundo lugar. Sin duda la valiosa
aportación del doctor Fleming influyó decisivamente en esta pérdida de
hegemonía, junto con una evidente mejora general de las condiciones higiénico
sanitarias en que se desarrollaba la vida en este periodo en nuestro pueblo
—fundamentalmente en el segundo quinquenio de esta década.
No sucede así con las muertes causadas por accidentes, que
curiosamente en el periodo de guerra registran un significativo tercer puesto
en la clasificación que hemos ideado. En la década de preguerra y en la de postguerra
se dan porcentajes comparativamente insignificantes.
Capítulo aparte
merecería el análisis de las muertes causadas directamente como consecuencia
del conflicto armado. El número que hemos registrado de este tipo de muertes
posiblemente sea menor al que en realidad fue. La mayor parte de las muertes
registradas con este motivo se dan en los dos primeros años de la guerra: el
77,41 % de las víctimas de guerra se produjeron en estos años.
Por grupos de edades cabe destacar el dato del equitativo
reparto de las cifras de defunciones causadas por procesos infecciosos entre
todo: los grupos en los tres periodos. (Tablas 9, 10 Y 11)
Por otra parte, respecto del grupo de fallecidos menores de
un año, indicar la curiosa circunstancia del elevado número de defunciones
causadas por alteraciones metabólicas centrada en la década de preguerra
fundamentalmente, circunstancia que desaparece en los periodos siguientes.
Por el contrario, las muertes en este grupo de edad
referidas a enfermedades cardiovasculares sólo revisten importancia numérica en
la década de postguerra.
El grupo de edad de fallecidos de uno a ocho años registra
como causa primordial y casi exclusiva en los tres periodos la derivada de enfermedades
infecciosas, circunstancia que queda matizada en la década de postguerra por la
importancia que entonces cobran las defunciones por problemas cardiovasculares.
Parecida situación se repite para el grupo de edad comprendido
entre los ocho y veinte años. En el grupo de edad de mayores de veinte años se
produce una mayor dispersión de causas, cobrando una entidad importante aquí
las defunciones debidas a procesos degenerativos, esencialmente en el decenio
1926/1935.
3.5. Mortalidad
infantil
Es nítida la tendencia global que experimentan las tasas de
mortalidad infantil en los tres periodos que estudiamos: se da un perfil
descendente matizado por unas fluctuaciones relativamente acusadas, fundamentalmente
en la década de preguerra, (Gráfica 6, Tabla 15)
Comparativamente la mortalidad infantil, su evolución a
nivel nacional marca una tendencia coincidente con la que hemos observado en
nuestro pueblo, si bien los valores medios presentan ligeras diferencias en
ambos casos: en la década de preguerra la tasa media añoverana es mínimamente
inferior a la española y en el resto de los periodos estudiados el efecto es el
contrario, aunque con valores mínimamente significativos.
La divergencia en el análisis de ambas evoluciones se
detecta en el ritmo del descenso de las tasas: a nivel nacional el descenso de
los valores medios entre los dos primeros periodos es del 23,72%, frente
a un descenso de sólo el 8,4% para el caso de Añover de Tajo respecto de la
disminución entre las tasas medias del periodo bélico y su década siguiente,
las diferencias se mantienen, aunque más atenuadas a nivel nacional 14,56% de
descenso, a nivel añoverano 8,08% de descenso.
Por otra parte, la evolución de la mortalidad infantil en
nuestro pueblo presenta unas características muy similares a las ya comentadas
en el apartado 3.1., salvo en lo que se refiere al periodo bélico.
La mortalidad infantil no quedó afectada por la coyuntura
histórica la tasa media, en el periodo bélico, resulta inferior a la media de
su década precedente.
Analizando la distribución estacional de las cifras de
mortalidad infantil (Gráfica 8, Tablas 16, 17 y 18), se aprecia una clara tendencia
a la uniformidad a lo largo de los años estudiados. Hay un marcado predominio
de los máximos en los meses de estío y en el tránsito al otoño en los tres
periodos, pero más acentuado en el caso de los años de la contienda. En el
periodo de preguerra las diferencias entre las distintas estaciones se atenúa,
repitiéndose el esquema ya indicado
4. CRECIMIENTO
VEGETATIVO
4.1. Década de preguerra
La tendencia de las tasas de crecimiento vegetativo presenta
en este periodo para nuestro pueblo un perfil progresivamente en descenso, con
valores que oscilan entre el 22,28 0/00 en 1927 y el 11,56
0/00 en 1934.
Los altibajos de la línea de evolución de estas tasas
demuestran una relativa inestabilidad demográfica en este periodo, aunque
siempre se trata de valores positivos, cuya media se sitúa en torno al 15 0/00,
acorde con sus datos correspondientes a nivel tanto provincial como nacional.
4.2. Periodo bélico
La segunda mitad de 1936 registra para sí los valores inferiores
del crecimiento vegetativo en este periodo (-44,75 0/00)
como consecuencia de haberse producido una elevada. mortalidad al momento de
haber disminuido bruscamente el total de la población de hecho y tras registrarse
unas muy moderadas cifras de natalidad. En similares circunstancias se produce
en la segunda mitad de 1939 otro significativo descenso en la tasa de
crecimiento vegetativo, si bien menos importante en esta ocasión (-11,02 0/00)
4.3. Periodo postbélico
La evolución de las tasas de crecimiento vegetativo en este
decenio se caracteriza por una paulatina recuperación, consiguiéndose una tasa
media en el periodo (11,79 0/00) que supera tanto a sus
correspondientes valores provinciales (11,17 0 /00) como
nacionales (8,59 0 /00). La recuperación se afianza por
completo en los últimos seis años de la década asa media por encima de los 150/00
manteniendo en los cuatro años restantes unos valores muy afectados por la
convulsión demográfica que supuso la guerra y sus crueles secuelas padecidas
principalmente en la postguerra inmediata. La tasa media de estos cuatro años
no supera el 7 0/00.
5. NUPCIALIDAD
5.1. Evolución de las tasas de nupcialidad
5.11. Década
de preguerra
La media anual de nupcialidad en este periodo no supera el
7,5 0/00 y sería menos importante si exceptuaramos del
cómputo global los datos referidos a los dos primeros años del decenio, que
alcanzan valores muy por encima de ésta (10,86 0/00 y
12.86 0/00 respectivamente). De cualquier modo esta media
es muy similar a su correspondiente a nivel provincial. (Gráfica 12, Tabla 20)
5.1.2. Periodo bélico
Se produce en estos años un significativo descenso de la
tasa de nupcialidad, que se sitúa ahora en el 5,35 0/00. La
cota resultaría muy afectada negativamente si exceptuararnos el número de
matrimonios celebrados en la primera mitad de 1936 y en los tres últimos
trimestres de 1939. Avala esta apreciación el dato referido a la mensual de
matrimonios de todos los años estudiados: en tiempo de guerra la media mensual
es de 0,36, frente al 2,27 en tiempo de paz.
No obstante, la tasa correspondiente a estos años a nivel
provincial es aún menor que la indicada para nuestro pueblo: 3,5 0/00.
5.1.3. Década de
postguerra
La década de postguerra experimenta una clara recuperación
de las tasas de nupcialidad, consiguiendo un valor medio anual del 9,35 0/00
y registrando en ella las tasas más elevadas de todos los periodos estudiados significándose
la correspondiente a 1947, que se sitúa en casi un 15 0/00.
El año 1944 presenta una tasa cercana al 13 0/00.
Sin duda en estos años de postguerra, ya transcurridos los más crudos del
periodo, regularizaron su situación matrimonial gran cantidad de parejas que de
hecho venían haciendo ya vida conyugal. Sirva al efecto el dato curioso referido
precisamente a 1944: en el mes de Abril de aquel año 18 parejas contrajeron
matrimonio en nuestro pueblo, la mayor parte de ellas en el primer domingo del
mes.
Las correspondientes tasas provinciales quedan un sólo punto
por debajo de la media de Añover de Tajo.
5.2. Fluctuaciones
estacionales
Presumiblemente serán factores económico—laborales los que predominantemente
influyan en la distribución estacional de las nupcias. No hay que olvidar que
la actividad laboral agraria es predominante en esta
Efectivamente, los mayores porcentajes de matrimonios se
localizan en las estaciones con menor actividad agrícola, dándose los mínimos
en los meses de verano —fase de recolección y de acumulación de ingresos
económicos que permitirían la realización posterior
Es válido este esquema para el análisis de las fluctuaciones
estacionales de las décadas anterior y posterior al periodo bélico, pero el perfil
de éste curiosamente muestra la tendencia opuesta, evidentemente algo cambió en
la coyuntura social de aquel periodo para provocar tal vuelco en la tendencia.
En efecto, baste recordar que
5.3. Edad y estado civil de los contrayentes
La diferencia de edad entre el varón y la mujer es siempre
favorable al primero, especialmente en el periodo bélico, donde la diferencia
media se traduce en casi cuatro años para el varón. En el decenio anterior a la
guerra la diferencia media es insignificante (0,6 años más el varón que la
mujer). Algo más consistencia tiene en el periodo postbélico (1,2 años de
diferencia).
Obviamente el mayor porcentaje de matrimonios se celebraron
entre parejas de solteros, El porcentaje de matrimonios en el que alguno de los
cónyuges era viudo es mínimo. No se da el
caso en el periodo bélico. En la década anterior a la Guerra Civil anotamos el
mayor porcentaje (4,10 % del total de los celebrados). En la década de Postguerra
el porcentaje sólo alcanza el 1,76% del total.
5.4. Naturaleza de los cónyuges
El mayor porcentaje de los matrimonios celebrados en Añover
de Tajo en los tres periodos estudiados corresponden a parejas de individuos
naturales ambos de este pueblo (Gráfica 15, Tablas 28, 29 y 30), particularmente
en el decenio 1926/1935 cuyo porcentaje rondaba el 91,5% del total de los
celebrados. Los valores de los dos periodos restantes descienden de forma
paulatina: 88,09% y77,11% respectivamente.
El caso de matrimonios en los que ambos contrayentes son
forasteros no merece comentario, por su insignificante porcentaje global.
Más interesante es el análisis de los matrimonios en los que
uno de los cónyuges es forastero. Su evolución a través de los tres periodos es
significativa (Gráfica 15). En el periodo bélico se da un retroceso mínimo
respecto de su década anterior, que apenas se traduce en un 1,5%, sin embargo
la década de postguerra supone en este sentido un auténtico cambio de
costumbres. En esta última década pasa de un 7,14 % de matrimonios
"mixtos" a un 20,77%.La preferencia por buscar
Por otra parte, la proporción de varones forasteros sobre
hembras forasteras en las parejas "mixtas" en el último decenio
estudiado es menos aplastante que en la década de preguerra, en la cual el
porcentaje de casos en los que la cónyuge era natural de Añover se acerca al
90%. De cualquier modo, es predominante siempre el porcentaje de parejas en las
que el forastero es el marido.
La incidencia de este dato en la evolución general de la población
puede ser de capital importancia, sabido que en la mayoría de los casos el
nuevo matrimonio pasa a fijar su residencia en el lugar de origen del marido.
Profundizar en su estudio nos conduciría a un mejor conocimiento del
crecimiento real de la población en cada caso.
Tal y como era de suponer, la incidencia de la Guerra Civil
en el desarrollo demográfico de nuestro pueblo fue determinante en lo referido
a la configuración del modelo demográfico que caracterizó a los años de guerra
y al decenio que siguió.
Son muy variadas las conclusiones que a la luz de la
elaboración de los datos obtenidos se pueden extraer. Por razones de síntesis
únicamente destacaremos una conclusión global, a nuestro juicio la más
significativa. El conflicto bélico y la dinámica propia de la convulsión social
que origina vino a subvertir las tendencias demográficas en Añover de Tajo
hasta límites inexplicables, si no es por aquella coyuntura. Se rompe la línea
de crecimiento absoluto de la población que caracterizó a las primeras décadas
del siglo; las tasas de mortalidad se hincharon, provocando un retroceso demográfico
que alcanza un cambio a valores negativos en el perfil de la línea de
crecimiento vegetativo, que se irá muy lentamente recuperando en los primeros
años de postguerra con la vuelta a la localidad del ingente número de vecinos
que la abandonaron durante la guerra.
Presumiblemente de no haberse producido este regreso, el
modelo demográfico resultante en los críticos años de la postguerra inmediata
hubiera registrado alarmantes tasas demográficas caracterizadas por esquemas
regresivos y valores negativos, Afortunadamente no fue así y el proceso de
reajuste de la población absoluta inherente a la
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