1ª REPRESENTACIÓN
AÑO 220 A.C., CARPETANOS VS CARTAGINESES
JUGLAR:
Un redoble de tambor llama la
atención del público.
Un juglar al lado del tambor grita:
¡Vengan vecinos vengan!
Cuando se ha hecho coro comienza a
recitar con voz fuerte y ampulosa:
Les quiero contar
amigos una historia singular ganada siempre por buenos, los perdedores no lo
quisieron contar.
Y no empiezan en los romanos
comienza siglos atrás con mil héroes y villanos que vivieron y murieron en este
sacro lugar.
Carpetanos los llamaban y ya os
Es una historia
muy larga tan larga, tan larga que he de acortar. Os contaré una batalla que
hubo cerca del lugar.
Aníbal era un gran jefe de un
Ejército singular, de africanos elefantes, caballos y soldados…, sin contar,
que un verano de calor
querían
cruzar el río para volver a Cartago después de luchas y líos
Llevaba el ejército africano
esclavos, ganados, granos que con
violencia arrancaron en tierras del norte hermano.
Aparece una mujer (M)
vestida con harapos y con muchos y despeinados pelos, preguntando a un hombre
barbudo (H1),
mal vestido de guerrero, grande y armado de una gran espada.
M. ¿Tu estuviste en la reunión del río Tajo?
H1. Si claro, es la reunión más grande
que se ha hecho. Estaban los jefes de todas las ciudades y aldeas de los
alrededores con sus gentes de armas dispuestos a luchar en unión ¡lo que nunca
se hace! Fue muy emocionante ver a todos los pueblos carpetanos juntos.
Además estaban grupos de vettones y de vacceos del norte
que habían venido huyendo del gran ejército que les atacó.
Hubo un conclave de jefes, yo estuve de guardia de la
tienda y luego salió Hilerno jefe de Toledo y nos contó que los del norte,
vettones y vacceos sabían cómo luchaban los que venían a nuestras tierras.
M. Yaaa, ¿Y cómo venían?
H1. Pues venían un gran
número de guerreros, con gran organización y armas. El jefe de ellos, Aníbal,
traía muchos jinetes africanos númidas, también traían carros de guerra y
grandes alifantes. No convenía una lucha en campo abierto, no nos convenía que
la lucha fuera a caballo, como muchos de los nuestros querían, a los pueblos
del norte los masacraron cuando salieron de las ciudades a luchar.
M. Bueno y ¿entonces que hicisteis?
H1. Los jefes decidieron esperarles en el vado del río
por donde tenían que cruzar, sobre todo porque venían muy cargados, con mucho
grano y mucho ganado que habían robado a nuestros hermanos del norte.
Nuestra gente estaba muy animada, era una fiesta, si
vencíamos el botín era grande. Hubo una gran comilona y mucha hermandad, lo
pasamos muy bien.
Se reunieron tod0s los adivinos, unos leyeron el
vuelo de las aves, otros estudiaron las vísceras de los animales sacrificados.
Las famosas augures del río leyeron los mensajes de las ninfas Barcilienses en
la corriente de agua y en los árboles…
M. Que interesante ¿Y qué dijeron los augures?
H1. Todos los adivinos hablan mucho y muy enrevesado. Yo
entendí que Aníbal era un protegido de los dioses pero que nosotros tendríamos
un día bueno para vencer lo que produjo gran alegría, en un día les
venceríamos.
M. Vosotros erais muchos, ¿Ellos también eran muchos?
H1. Si, se acercó a
cruzar el río un ejército enorme. Yo me subí a un árbol y desde la altura pude
ver lo que nunca había visto, iban por grupos, cada grupo llevaba las mismas
armas, con corazas, escudos y cascos.
Traían muchos caballos y detrás carros con cuchillos en la
ruedas tirados por cuatro caballos, traían unos monstruos horrorosos con colmillos
grandes y patas gordas que tiraban más que 20 caballos, dicen que se llaman
Alifantes.
Detrás los grupos de a píe con columnas de esclavos, carros
con grano y grandes rebaños de ganado.
Nosotros les observábamos y esperamos escondidos en los
sotos más frondosos a la orilla del río.
M. Pero os sacudieron ¿N0?
H1. No, no, el primer día de batalla, ellos trataron de
entrar en el soto con caballos ligeros, pero desde los árboles y por todos
lados les descabalgaban y sufrieron graves pérdidas. Después entraron con
guerreros a píe y les plantamos cara les dimos bien. La lucha fue muy
encarnizada murieron muchos de ellos.
Luchamos y luchamos hasta el anochecer, ya estaban vencidos
pero con la noche nos retiramos a la otra orilla para rematar la faena al día
siguiente. Pero sabes, … es un mal bicho ese Aníbal.
M. ¿Y qué pasó el segundo día?
H1. Mejor
que te lo cuente Caraca que fue con sus dos hijos, mira por ahí viene.
(Aparece
otro guerrero (Caraca), este gordo y con un llamativo descalabro en la cabeza)
M. ¡Hola Caraca! ¿Qué te ha
pasado en la cabeza?
Caraca.
Una desgracia ¡Con lo bien que nos fue el primer día! El segundo día fue
una desgracia.
M. ¡Pero con lo contento que ibas a la lucha! ¿No
decías que ibas a traer muchas riquezas?
Caraca. Si hubiera podido…. Con todos los carros cargados que llevaban,… me habría traído uno y mis hijos otro.
M. ¡Qué mala suerte! Y
encima descalabrado.
Caraca. Pues la lucha la
llevábamos bien, casi los habíamos vencido. La pena es que comenzamos a luchar
tarde, todo empezó al mediodía, los combates se prolongaron y la noche se nos
echó encima.
Nos tuvimos que retirar a la otra orilla del río, de noche
no se lucha y la gente estaba muy cansada. Pusimos centinelas y a dormir.
Al amanecer
volvimos a por ellos, queríamos rematar la faena.
M. Si claro, creo que la rematasteis bien.
Caraca. Este segundo día fue una desgracia. Nos estaban
esperando en su orilla del vado del río.
Dejaron pasar el río a los primeros, pero pronto cortaron
el paso por su orilla con caballos y alefantes. Debieron tomar esas posiciones
por la noche, nosotros casi todos cruzábamos el río a pie y con el agua no
podíamos movernos bien.
A mí me pillaron cruzando el vado,
uno chiquitito montado en un caballo negro llevaba la cachiporra más larga de
todos y me sacudió por detrás.
M. Pero
si te llevaste a tus hijos, no te avisaron.
Caraca.
No me dio tiempo a nada, con el agua a la cintura apenas me podía mover
y ellos nos estaban esperando montados en sus caballos.
Cuando me pegaron el trastazo en la cabeza me llevó la corriente del río y eso me salvó. Mas abajo me sacaron mis hijos, que no habían cruzado el río y luego me lo contaron.
AUTOR: Félix Alejandro Sánchez Sánchez.
ELENCO:
Juglar: Félix Alejandro Sánchez
Hombre 1: José Ignacio Molina
Mujer: Cándida Delgado
Caraca: Julián Madrid
Niños: Alonso Arribas, Ana García, Aurora Arribas, Hugo Gutiérrez y Pablo García
Equipo de decorados: Bea, Alejandro García, Carlos, Daniel Albarrán, Dimas Arribas, Eduardo Albarrán, Ernesto Duque, Francisco López. Goyo Almagro, Ignacio García, Jaime García, Javier Rodríguez, Joaquín Albarrán, José Manuel Velarde, Laura Gutiérrez, María Mar García, Olga Carmena, Santi Blanco, Ramón Sánchez.
Dirección: Ernesto Duque
Narrador del paseo: Javier Rodríguez
Coordinador del paseo: Francisco García
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