miércoles, 25 de enero de 2023

Construcción de la Iglesia de Santa Ana. Los Pilares de Añover. Ruina de la iglesia en 1683, acuerdo de reparación, y no se repara.


El 11 de agosto de 1683
debido al estado de ruina de la Iglesia, se reúnen y acuerdan, "escritura de concordia", de una parte, Don Juan de Pineda Maldonado, que representa al Arzobispado y los que cobran las Rentas Decimales y de otra , Don José Sánchez de Ortega que es el alcalde ordinario de Añover de Tajo.

En este acuerdo se establece que se van a hacer las reparaciones necesarias y que también se van a construir una nueva capilla mayor y una sacristía, para ello el Arzobispado contribuía con 132.000 reales de vellón y los beneficiarios del diezmo aportaban 204.959 reales de vellón, que correspondían a la cuarta parte de las rentas “desde los corderos de dicho año de 1683 en adelante”.

Estas cantidades en base a la obra en planos efectuados y tasados por Pedro González, maestro arquitecto. Así mismo se establece:

“Y que en el caso de que, fuese superior el importe de

estas obras, las asumiría el Concejo y los vecinos de Añover “de sus propios bienes y hacienda y de cada uno in solidum”; sin que en ningún caso ni acontecimiento, por grave que fuese, sucediese, conocido o ignorado, tuviesen acción para reclamar más cantidad que la acordada a la Dignidad Arzobispal y Partícipes en Diezmos. Y tambien con la condición de que la obra nueva y las reparaciones, se habrían de comenzar dentro de los dos años siguientes al otorgamiento de este acuerdo”.

Pasan diez años del acuerdo, llegado 1693, se habían librado copias de la cuarta parte de los diezmos, pero no se había dado las órdenes oportunas para el comienzo de las obras; por lo que se habían aumentado los desperfectos desde ese año y la iglesia era una completa ruina.

Se procede a sacar de ella al Santísimo Sacramento y también las imágenes y retablos, que se habían trasladado a las Ermitas de la Vera Cruz y de San Bartolomé, en donde “con gran trabaxo y desconsuelo de los fieles christianos se celebran los Oficios Divinos, por la estrechez de ellas, como es público y notorio”.

En el próximo capítulo abordamos un nuevo impulso a las reparaciones de la iglesia, ya en el año 1727.

Javier Rodríguez Sánchez, hijo de Añover

Fuente: Libro inédito, Historia de la Villa de Añover (1222-1848) de Evaristo Martín Sandoval y Carmen Travesedo y Colón de Carvajal.



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