Durante el siglo XVII España se vio sumida en una profunda crisis que se manifestó en todos los ámbitos: económico, social, demográfico y también político. Las sociedades europeas de la época eran estamentales, esto significa que estaban legalmente divididas en privilegiados y no privilegiados. El lugar que ocupaba cada persona en estos dos grandes grupos lo determinaba su nacimiento.
En el pueblo Añover con su reciente adquisición de título de
Villa y de su apellido fluvial, la falta de trabajo y las malas cosechas provocaban
que muchos sufriesen hambre y frío. Una posible y muy arriesgada salida era la caza furtiva y la recogida clandestina de
leña en el vecino Real Sitio de
Aranjuez, con propiedad exclusiva del Rey, y la necesidad era mayor que la desproporción de los castigos por las
infracciones.
Esta situación condujo a un auténtico enfrentamiento entre los cazadores furtivos y lo guardabosques, de esta forma se llegó al siguiente suceso, el guarda Juan Serrano fue muerto en su casa por un grupo de cazadores, consideraron culpable a Francisco García Criado “el tuerto”, en 1610 fue ejecutado en Aranjuez, posteriormente el Alcalde Juez de Bosques, Silva de Torres, ordenó poner su cabeza, separada del tronco, en la plaza de Añover para escarmiento de los vecinos, esta situación brutal se prolongó en el tiempo, de forma que “la Justicia de Añover pidió reiterada e inútilmente su retirada, alegando que el pueblo se hallaba horrorizado y sumamente dolorido ante la cruel y macabra exhibición de un vecino, y familiar de muchos habitantes”.
Así llegó el momento tras casi 6 meses de que “Por
auto de la Sala de Alcaldes de 26 de marzo de 1611 se mandó quitarla de allí”.
Este suceso se relata en el libro “ALDEA, SITIO PUEBLO
ARANJUEZ 1750-1841” de Ángel Ortíz Córdoba, aportado por Eustoquio Serrano Rodríguez.
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