Doña Gerónima Llorente Orbes, nace en Añover de Tajo el 30 de septiembre de 1792 , fallece en Madrid el 25 de enero de 1848. Hija de Felipe Miguel Llorente y Doña Tomasa Orbes y Pinacha, su padre ejercía como médico en Añover de Tajo, en este mismo blog hay un artículo sobre su trabajo, NOTICIA del 12 de Marzo de 1798. En el periódico "Mercurio Histórico y Político".
En la transcripción de la necrológica del periódico La
Ilustración se hace un repaso a su vida:
“Pérdida muy dolorosa y muy difícil de reparar, es la que el
teatro Español acaba de experimentar con la muerte de la excelente actriz doña
Gerónima Llorente, ocurrida hoy hace nueve días, a consecuencia de una breve,
pero aguda enfermedad.
Esta excelente actriz, la primera de nuestras características, y cuya reputación artística era una de las mejores y más justamente reconocidas en nuestros teatros, nació en Añover de Tajo, donde su padre era médico-cirujano del pueblo y de los guarda-bosques de la casa Real. A poco tiempo, Felipe Miguel Llorente, su padre, y Doña Tomasa Orbes y Pinacha su madre, se trasladaron a Aranjuez.
En este sitio fue donde la señorita Llorente recibió su primera educación,
dedicándose al estudio de todos los conocimientos que deben adornar a una joven de regular familia; pero lo que más la cautivaba era el teatro, contrastando notablemente su vocación involuntaria a una carrera que tanta reputación le había de dar andando el tiempo, con el espíritu de preocupación e injusticia que por aquellos años reinaba en contra del arte; así es que los padres de nuestra actriz, jamás la hubieran consentido abrazar esta profesión, si las vicisitudes que trajo consigo la guerra de la independencia, no les hubieran obligado enviar a Cádiz a la señora Llorente en compañía de su abuela, donde, al fallecimiento de esta, entró en el teatro de la Isla de León, desempeñando algunos papeles y la parte de baile. Desde su primera aparición en la escena manifestó una disposición felicísima para el arte dramático.Continuó por algunos años en los principales teatros de las
provincias, ejecutando los papeles de primera y segunda actriz, hasta el de
1823, en cuya época pasó en clase de segunda al teatro del Príncipe, donde
permaneció hasta el año de 1832, en que la pérdida de la dentadura la obligó a
jubilarse. Por último, habiendo fallecido en 1833 la célebre característica
señora Velasco, entró la señora Llorente a desempeñar los papeles de carácter (1).
Tarea ímproba seria citar uno por uno los laureles que la
señera Llorente ha recogido desde entonces, porque casi se cuentan por las
funciones en que se ha presentado en escena.
La bella naturalidad que la distinguía, su inteligencia y
aplomo, tanto en los papeles serios como en los festivos, y el ningún esfuerzo
con que al parecer los desempeñaba, justificaban la aceptación merecida de que
gozaba. Hasta sus últimos tiempos ha conservado la señora Llorente el goce
cabal de sus grandes facultades y las vivas simpatías del público.
Su nombre está destinado a figurar entre los pocos de los
actores de nuestra época que deben pasar a la posteridad.”
(1) Papeles de
“Señora madura”.
Javier Rodríguez Sánchez, hijo de Añover
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