Este año de una semana a otra hemos pasado de la primavera invierno a la primavera verano, desde luego no es algo extraordinario, es primavera.
Ayer avanzada un poco la tarde pero con mucho tiempo de día por delante, apetecía dar un paseo, imaginaos este paseo por los alrededores de Añover buscando las preciosas vistas de nuestra vega, y ya sin imaginación alguna nos encontrarnos viendo no solamente la vega, también un jardín lleno de flores, precioso, con multitud de colores, y también olores, azahar, hierbabuena, sándalo, incienso, melisa, citronela,…
Y allí encontramos a Abilio, regando su jardín exterior con la manguera desde el pozo,
nos recibe con mucho agrado y empieza a decirnos los nombres de plantas más o
menos autóctonas o comunes en los jardines de nuestra tierra, de otras que ha
estado un tiempo buscando, de sus características, de donde proceden, si es el
mismo tallo de año pasado…
Después en su patio nos enseña otra profusión de flores, unas
recién traídas, las que acaba de trasplantar, otras que tienen ya un tiempo. Transmite
su pasión y amor por las plantas, dice que se maneja bien por internet, pero lo
que sabe procede de libros especializados en la materia que ha ido comprando
poco a poco, y de sus frecuentes visitas al Real Jardín Botánico de Madrid, y
que siempre que ha viajado, si la ciudad tenía un buen jardín lo ha visitado,
como el de Valencia, también conoce los jardines holandeses, se encarga también
de advertirnos de que no solamente tiene flores ahora por la explosión de la
primavera, todas las estaciones del año tienen sus flores.
Pasamos una tarde muy agradable hablando de sus dos
pasiones, de plantas y de viajes, sin duda repetiremos, lo único que puedo
hacer llenaros la entrada de fotografías.
Javier Rodríguez Sánchez, hijo de Añover.
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