Como expresa el título de la presente entrada de nuestro blog, en Añover de Tajo, este pasado fin de semana durante la grandiosa celebración de nuestro 800 cumpleaños, tuvimos una visita inesperada, nuestro cronista Félix Alejandro Sánchez Sánchez se encargó de atenderlo convenientemente y nos transmite su relato de lo acontecido.
Para comenzar, deciros que tengo el pecho henchido de alegría, no fue como me esperaba… y cuando los sucesos son buenos y no se esperan se saborean con mayor deleite.
Mis ojos vieron festividades maravillosas en este viaje en
el que me trasporté. No cabía duda que estaba en Añover, vi su rio, sus campos
y la población de arriba que es enorme y cambiada, pero sobre todo vi a sus
gentes alegres y unidas con el fin de celebrar y festejar. No sé si asistí a
todas los actos programados pero relataré aquellos que presencié y de los que
tengo conocimiento.
A las afueras de la población, por camino Toledo, en una plaza redonda que una vez dentro, resaltaba por su pulcritud y gusto, presencié una lidia de toros llevada a cabo por unas gentes de brillantes y ajustados vestidos que se movían como bailarines frente a unos toros que iban saliendo de uno en uno, mientras una banda de músicos con variados instrumentos entonaban preciosas tonadas. Me complació presenciar el espectáculo tan ordenadamente pertrechado junto a mucha gente que sentada sin apreturas y atenta al trascurrir del ruedo abucheaba o
aplaudía a su gusto.Después hubo en la plaza donde se halla la iglesia, bailes
con músicas sacadas de extraños ingenios, mientras las gentes allí reunidas
bailaban, se saludaba o bebía a su gusto con gran solaz, yo con anterioridad me
había retirado pues más bien eran horas para el descanso.
Al día siguiente me complació en extremo presenciar lo que con toda seguridad era una representación de donación de Carta Puebla a Añover. Al son de tambores y timbales una tropa de gentes bien organizadas se acercaron a la plaza principal, con ceremonia desmontaron los coronados y ocuparon un lugar prominente donde fueron aclamados por la plebe mientras los reyes hicieron concesión de Carta Puebla a los que habitaran Añover, concediéndoles los derechos de Toledo. Yo que conocí al Rey Fernando III he de resaltar que tenía menos talla que este Rey tan bien plantado, a más que mi Rey tenía torcida la mirada de un ojo y este nuevo Rey tenía la mirada franca, por lo demás todo resultó francamente bien dispuesto, ejecutado y animado.
A la tarde aconteció un magnífico evento musical donde se
dio homenaje a anteriores alcaldes para que después dos maravillosos y
generosos hijos de Añover deleitaron con la ejecución de complicadas y al
parecer famosas tonadas de piano, donde mostraron en un amplio repertorio, su
destreza, agilidad y buen gusto ante sus atónitos y encantados paisanos.
Por todo ello a mi me corresponde dar gracias en representación de todos los que vinimos de nuevo a poblar Añover en 1222, pues por mi lealtad y servicios al Rey, mediante un hechizo, me dieron la merced de despertar cada cien años para presenciar cómo se recuerda la efeméride de concesión de Carta Puebla en Añover.
Este ha sido el mejor evento de conmemoración en ocho
siglos, muy de acuerdo con la importancia histórica de aquel momento. Me
volveré a dormir otros cien años enormemente satisfecho con nuestros
descendientes, con mucho agradecimiento a las actuales autoridades y a todos
los que con gozo participaron.
Un abrazo emocionado a mi querida familia añoverana.
Félix Alejandro Sánchez Sánchez, hijo de Añover
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