¿Conocemos a los que confirmaron nuestra Carta Puebla?

 

El momento más importante de la historia de Añover fue el día de su nacimiento, y lo tenemos perfectamente documentado en nuestra Carta Puebla, 6 de enero de 1222. Es un documento tan importante que lleva el sello rodado de Fernando III el Santo (En la parte central inferior), dimensiona su importancia la firma de todos los personajes de importantes del Reino de Castilla, empieza así:

 “Fecha la carta en Toledo, el 6 de Enero de 1260[i], año cuarto de mi reinado.

Yo el Rey Fernando que reina en Castilla y Toledo, mandé hacer esta carta que corroboro y confirmo de mi propia mano.”

A Fernando ya lo conocemos, sabemos que fue un rey batallador que recuperó gran parte de España y llegó hasta el reino de Granada, casó con Beatriz de Suabia que le aportó el gusto por el arte y una profunda devoción por la Virgen María, hijo de Berenguela de Castilla que abdicó de la corona de Castilla en él y se puso a servicio, además de su fuerza tenía grandes dotes diplomáticas. Fernando fue el padre de Alfonso X el Sabio.

Pero ¿Qué sabemos del resto de firmantes de la carta?

Don Rodrigo Arzobispo de la Silla de Toledo, primada de las Españas

Rodrigo Jiménez de Rada o El Toledano,

eclesiástico, militar, historiador y hombre de estado, Arzobispo de Toledo durante casi cuarenta años, consiguió la Primacía de esta sede y fundó su actual catedral sobre la antigua mezquita, estudió filosofía y derecho en la universidad de Bolonia.

Ha pasado a la historia como una de las personalidades más destacadas de los siglos medievales en la península ibérica, vinculado especialmente a los proyectos políticos de los reyes Alfonso VIII y Fernando III de Castilla. 

Mauricio, Obispo de Burgos

Eclesiástico y jurista, fundó la catedral gótica de Burgos,  

que sustituyó a la anterior románica, hombre de confianza del rey Fernando III (jefe de una delegación que acompañó a Beatriz de Hohenstaufen, la prometida del rey), cursó estudios en París.

A lo largo de su episcopado debió ocuparse de numerosos asuntos eclesiásticos, canónicos o políticos, por sí mismo o por delegación. 

Don Tello, Obispo de Palencia

Miembro de una de las familias más poderosas en Tierra de Campos, Consta que participó en la batalla de Las Navas de Tolosa al frente de un cuerpo de soldados junto con sus hermanos.

Personaje influyente en la Corte, convenció a Alfonso VIII para que atrajera a destacados maestros de las Universidades de París y Bolonia al Estudio General de Palencia. Fiel seguidor y apoyo de doña Berenguela, tanto él como sus otros hermanos fueron de los más firmes defensores de esta dama y de su hijo, Fernando, que no dudó en apoyar las iniciativas culturales de don Tello y su interés por convertir a la Universidad de Palencia en el equivalente hispano de los grandes centros académicos europeos.

Geraldo, Obispo de Segovia

Ocupó el cargo de obispo de Segovia entre 1214 y

1224. Estuvo en el entierro de Alfonso VIII siendo ya obispo, la información que he encontrado de él es casi toda de conflictos, celebró un controvertido sínodo que perjudicó tanto a los eclesiásticos como a los seglares, y tales fueron las quejas, que se llevaron a Roma, y Honorio III le retiró de la diócesis por considerarlo mentalmente enajenado. El pontífice nombró administrador a Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, que deshizo las ordenanzas dictaminadas en el sínodo.

Lope, Obispo de Sigüenza

Obispo de Sigüenza antes del 7 de diciembre de 1221-1237

García, Obispo de Cuenca

Tercer obispo de Cuenca sucedió a San Julián (actual patrón de la ciudad), durante su episcopado el Arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada pretendió dividir la diócesis, Ercávica y Valeria, el pleito lo dirimió Mauricio, Obispo de Burgos que falló en favor de García. Acusado por uno de los miembros del cabildo catedralicio de mantener conductas inmorales, Honorio III expidió una bula ordenando el juicio contra García, del que tras varios años de litigios salió absuelto.

Melendo, Obispo de Osma

Jurista y profesor en las universidades de Bolonia y Vicenza, obispo de Osma desde 1210 hasta su

muerte en 1225. Participó en la batalla de las Navas de Tolosa junto a Alfonso VIII.

Domingo, Obispo de Ávila

Domingo Blasco fue obispo de Ávila de 1215 a 1239. En 1218 Honorio III le exhorta en una carta a que participe en la guerra contra los moros de Andalucía; interviene en los asuntos generales del reino con motivo del acceso al trono castellano de Fernando III, formando parte, junto con el obispo de Burgos, Mauricio, en 1217, de la embajada que la reina Berenguela envió a su esposo Alfonso IX de León para que dejara de hostigar al nuevo Monarca.

Seguramente para agradecer los servicios prestados Fernando III concedió al obispo y a la catedral de Ávila unas sernas en Olmedo y Arévalo, en 1221, y la aldea de Guijo con su castillo, en 1231.

Domingo, Obispo de Placencia

Don Domingo Velasco obispo de Placencia (actual Plasencia) de 1212 a 1231. Participó en la batalla de

Las Navas de Tolosa, también en otras campañas militares, con Alfonso VIII y Fernando III. En los inicios de su pontificado las relaciones con el arzobispo de Toledo fueron difíciles debido a los intentos de éste de intervenir en cuestiones internas de la diócesis de Plasencia y de sustraerle un importante espacio territorial. Fruto de la participación en estas campañas mejoró esta relación puesto que llegó a representar al Arzobispo en alguna ocasión.

Juan, Canciller del Rey Abad de Valladolid

Ocupó durante el reinado de Fernando III los más altos puestos tanto en la Iglesia como en el reino de Castilla. Fue también obispo de Osma y posteriormente de Burgos. Con anterioridad fue abad de Santander y desde entonces Canciller del Rey hasta su muerte. 

En 1235, al marchar para Roma, Rodrigo Jiménez de Rada designó como gobernador del Arzobispado de Toledo a Juan y como tal gobernador consagró la mezquita cordobesa como catedral cristiana. A él se le atribuye con buenas razones la Crónica latina de los Reyes de Castilla.

Gonzale Rodrigo, Mayordomo de la Corte del Rey

Rodrigo González Girón, sucedió a su padre en la confianza de Fernando III, que le nombró su mayordomo mayor durante doce años. Participó en las principales empresas militares de éste en el valle del Guadalquivir, como las conquistas de Córdoba o Sevilla.

Coronado Alfonso X decidió prescindir de algunos de los principales apoyos de su progenitor, entre ellos de Girón. Durante los cuatro años que le quedaban de vida continuó presente en la Corte. A su muerte, sus restos fueron enterrados en el monasterio de Benavides.

López de Diego, Alférez del Señor Rey.

Lope Díaz II de Haro Cabeza Brava (1170-1236). Hijo de Diego López II de Haro, fue el sexto señor de Vizcaya entre los años 1214 y 1236 y fundador del municipio de Plencia.

Combatió junto a su padre y se distinguió en la batalla de Las Navas de Tolosa, participó en muchas guerras en apoyo a Fernando III, como las expediciones contra los moros en Andalucía, de entre las que la más importante fue la toma de Baeza en 1227, tras la cual recibió el título de conquistador de Baeza.

En 1234 estalló un conflicto entre el rey Fernando III y dos de sus principales magnates, Álvaro Pérez de Castro "el Castellano", señor de la casa de Castro, y Lope Díaz II de Haro, señor de Vizcaya, pues este último se había sentido ofendido por el rey durante el asedio de Úbeda, el conflicto se resolvió mediante la resolución arbitral concedida por las reinas Berenguela de Castilla y Beatriz de Suabia.

Álvaro de Diego

Alfonso Tello

Juan González.

Fernando Catanis, merino Mayor en Castilla.

Ejidio, por mandato de dicho Canciller lo escribe.

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[i] La fecha corresponde a la era hispánica que establecieron los visigodos, en Castilla se aplicó hasta el siglo XIV, para pasar a la era cristiana es necesario restar 38  años, por tanto 1260-38=1222.